Vivimos en una sociedad con una gran dependencia de la conexión a Internet. Esta dependencia no solo ha transformado hábitos, sino que ha redefinido lo que entendemos por calidad de vida. Hoy en día, todo depende de que Internet funcione. Desde el trabajo, la educación o el entretenimiento, todo está conectado. En este artículo abordamos las distintas formas que existen de conectarse a Internet.
Este artículo nace con el objetivo de ayudar a los usuarios a entender en qué consiste la conexión a Internet y dar a conocer las distintas formas que existen para conectarse a esa red. Desde que utilizamos los chirriantes módems de marcación telefónica de los años 90 hasta hoy han aparecido nuevas tecnologías que permiten conexiones millones de veces mejores que las de entonces. El panorama actual está dominado por la fibra óptica y los satélites de órbita baja.
El conocer las distintas alternativas nos dará la oportunidad de elegir la más apropiada según sean nuestras circunstancias. Aunque la mayoría de los usuarios acceden a Internet desde una localización fija con fibra óptica, desgraciadamente existen lugares donde no llega la fibra. Aquí se describen las alternativas existentes. Por otro lado, hay usuarios nómadas que necesitan tener acceso desde distintos lugares o, incluso, en constante movimiento. También hay opciones para ellos.
Aunque profundizaremos en cómo se llevan a cabo las instalaciones de acceso más comunes hoy en día, las de fibra óptica, no olvidamos las tecnologías alternativas más recientes, los satélites de órbita baja, así como el uso de los datos en las redes móviles y las redes Wi-Fi públicas. Estas últimas redes son una solución práctica pero que exige precauciones específicas para evitar riesgos de ciberseguridad.
La idea es que, al finalizar esta lectura, el usuario pueda tomar decisiones informadas, ya sea para optimizar su ancho de banda en casa, garantizar la seguridad de sus datos en un aeropuerto o elegir el proveedor que mejor se adapte a sus necesidades.
En qué consiste el acceso a Internet
El acceso a Internet es un servicio muy común en la sociedad actual, casi tanto como el suministro de agua o electricidad. Al igual que éstos, el acceso a Internet es facilitado por proveedores. En este caso se conocen con el nombre genérico de ISP (Internet Service Provider) o proveedores de acceso a Internet. La ventaja que tiene Internet es que existe una gran competencia de empresas que ofrecen este servicio, desde grandes empresas nacionales a pequeños proveedores locales que solo operan en el barrio o en un pequeño pueblo.
Los proveedores de acceso a Internet instalan una conexión entre nuestra casa u oficina y sus propias dependencias. Aunque existen distintas tecnologías, la más habitual, fiable, eficiente y económica suele ser la fibra óptica o FO. No obstante, hay lugares en los que los proveedores no ofrecen fibra, sino una tecnología alternativa.
Sea como fuere, el proveedor necesita instalar dos equipos en nuestro domicilio: un primer equipo de transmisión que establece la conexión con sus dependencias; y un router que se utiliza para gestionar nuestra red local, la de la casa u oficina. La red del proveedor acaba en el equipo transmisor. En muchas ocasiones el equipo transmisor y el router pueden estar integrados en un mismo dispositivo. Por otro lado, el proveedor puede instalar rosetas u otro equipamiento necesario para llevar a cabo la instalación.
Si el acceso es para una empresa, es muy posible que el router instalado sea para una red de cable. En cualquier otro caso, lo más habitual es que se instale un router inalámbrico Wi-Fi. En general, este router puede ser sustituido por el usuario para instalar otro modelo que le convenga más. De la misma forma, a partir del router se puede instalar todo el equipamiento que se necesite para dar cobertura de acceso a Internet a toda la casa u oficina. Esta instalación local es lo que se conoce como red local, que puede ser cableada o inalámbrica (Wi-Fi).
Si la red local es cableada, los terminales se conectarán al router por cable de tipo Ethernet y conectores de tipo RJ45. Si es necesario, existen adaptadores de RJ45 a USB. Por otro lado, la tecnología inalámbrica por excelencia es Wi-Fi. Casi todos los ordenadores, tablets o smartphones actuales incorporan la tecnología Wi-Fi. Además, cada vez es más común lo que se conoce como Internet de las cosas o IoT (Internet of Things). Esto quiere decir que cualquier dispositivo del hogar u oficina es susceptible de conectarse a Internet: televisores, impresoras, lavadoras, cámaras web, discos duros, puertas, persianas o bombillas. Cualquier cosa que se nos ocurra puede estar conectada. La tecnología Wi-Fi es el estándar actual de IoT.
Una de las tecnologías de acceso a Internet es la de las redes móviles. En este caso, la misma empresa que nos ofrece el servicio de telefonía es la que nos facilita el servicio de acceso a Internet. Ellos lo llaman servicio de voz y servicio de datos. Este acceso se puede utilizar para conectar exclusivamente el propio terminal telefónico (smartphone o tablet), pero también pueden configurarse para crear una red Wi-Fi con la que compartir su conexión. Alternativamente, existen routers Wi-Fi 4G o 5G que su acceso a Internet no lo hacen por cable, sino a través de la red de telefonía móvil. Estos tienen una ranura donde colocar la tarjeta SIM del móvil.
Si le interesa saber cómo funciona un router, puede consultar este contenido: Cómo funciona un router. Si el router es Wi-Fi, tiene este otro contenido: Cómo configurar el router Wi-Fi.
Historia de las tecnologías de acceso a Internet
Desde que se popularizó el uso de Internet en los años 1990, la tecnología utilizada para conectar nuestros terminales a la red ha ido evolucionando. Esto ha permitido que se pasara de conexiones de algunos miles de bits por segundo (kbps), populares en aquella época inicial, a superar los miles de millones de bit por segundo (Gbps). Esto supone que en menos de tres décadas se multiplicó la velocidad de acceso de los usuarios a Internet por un millón de veces.
La primera tecnología que se utilizó para que los usuarios particulares accedieran a Internet fue la línea telefónica fija analógica (el par de hilos de cobre). Aunque inicialmente las conexiones eran de 300 o 600 bps, con ella se lograron establecer conexiones de hasta 56 Kbps. Posteriormente se digitalizó la red telefónica dando lugar a lo que se conoció como red digital de servicios integrados o RDSI. Esta tecnología permitía establecer una o dos conexiones simultáneas de 64 Kbps por usuario. Estas conexiones de baja velocidad se conocieron como banda estrecha.
A principios del nuevo milenio empezaron a aparecer nuevas opciones que permitían aumentar la velocidad por encima de los 256 o 512 Kbps. A este tipo de conexiones se les dio el nombre de banda ancha. Los operadores de red telefónica conseguían estas velocidades utilizando la tecnología ADSL a través del par de hilos de cobre de la línea telefónica. Por otro lado, las empresa de TV por cable ofrecían banda ancha a través de su red de cable coaxial que llegaba a casa del cliente para el servicio de televisión. Estas primeras tecnologías de banda ancha, aunque empezaron de forma modesta, consiguieron ofrecer conexiones de acceso superiores a 20 Mbps.
En esos años apareció también la tecnología inalámbrica Wi-Max (Worldwide Interoperability for Microwave Access, estándar 802.16e). Como no requerían de una red de cable, sino de una conexión de radio, la áreas de cobertura de estos servicios eran más extensas, el servicio era más fácil de instalar y, generalmente, más económico. La instalación consistía en poner una pequeña antena parabólica apuntando a su estación base. Las redes Wi-Max permitían acceso a Internet de hasta 300 Mbps, aunque salió una versión posterior con la que se podía llegar a 1 Gbps (estándar 802.16m).
Todo cambió cuando, a mediados de la década de 2010, las operadoras de telecomunicaciones empezaron a extender su red de fibra óptica hasta las dependencias del cliente. De repente, no solo fueron normales velocidades de acceso de varias centenas de Mbps, sino que las conexiones eran mucho más estables y fiables. A partir de ese momento dejó de tener sentido hablar de banda ancha o estrecha.
Hoy en día, la tecnología de fibra óptica permite establecer conexiones de acceso a Internet de varios Gbps, por lo que el cuello de botella de los servicios de Internet ya no está en la velocidad de acceso a Internet, sino en otras áreas de la red. Por ejemplo, en los servidores o en la red Wi-Fi del usuario.
Para completar el panorama de las tecnologías de accesos a Internet, en los años 1990 se empezaron a ofrecen servicios básicos de acceso a Internet por satélite (geoestacionarios). En los años 2000 se introdujeron satélites más avanzados que ofrecían velocidades de hasta 25 Mbps. Por último, a finales de la década de 2010 se empezaron a desplegar constelaciones de satélites en órbita baja (LEO) y de órbita media (MEO) con las que se conseguían accesos a Internet con muy poca latencia y velocidades superiores a los 100 Mbps.
Por cierto, en la terminología de la transmisión de datos existen dos términos parecidos pero con significados distintos: ancho de banda y banda ancha. El término ancho de banda hace referencia a la velocidad con la que se transmiten los datos por la red. Un ancho de banda de 500 Mbps significa que se transmiten datos a 500 megabits por segundo. Por otro lado, como hemos visto, el término banda ancha se utilizó a principios de los 2000 para hacer referencia a que la conexión utilizada era superior a los 256 kbps. Hoy en día ya no se utiliza este término.
Cómo funcionan los distintos tipos de acceso a Internet
Como hemos visto anteriormente, la conectividad a Internet ha evolucionado desde los rudimentarios sistemas de marcación hasta las nuevas redes de alta velocidad. Este viaje tecnológico refleja no solo avances en infraestructura, sino, fundamentalmente, el cambio radical que ha tenido la sociedad en cuanto a su dependencia del uso de Internet y, por ende, a la necesidad que tiene de acceder a la red a la mayor velocidad posible y en las mejores condiciones. Aunque estemos a unos niveles de acceso impensables hace unos años, los nuevos requerimientos para el trabajo y el entretenimiento (metaverso, inteligencia artificial, etc.) nos hacen pensar que esto seguirá evolucionando.
En cualquier caso, la realidad es que las últimas tecnologías no están disponibles en todos los lugares, por lo que todavía se siguen utilizando las tecnologías anteriores. Para hacernos una idea de conjunto de las alternativas existentes y de cómo funcionan cada una de ellas, éstas son las opciones:
- Red telefónica analógica. Para utilizar una línea telefónica analógica como vía de acceso a Internet se debe contratar el servicio con un ISP, quien nos facilitará un número de teléfono fijo al que llamar. Posteriormente utilizamos un equipo, llamado módem de línea telefónica (dial-up modem), para conectar nuestro ordenador a la línea telefónica y hacer una llamada de teléfono al número proporcionado por el ISP. La conexión dura lo que dure la llamada. El usuario no está siempre conectado. Por otro lado, el ordenador debe tener instalado un software que le permita gestionar el uso del módem. Con esta solución se consiguen velocidades de acceso de hasta 56 kbps.
- Línea ADSL (Asimetric Digital Subscriber Line, o línea de abonado digital asimétrica). Se trata de una tecnología pensada para aprovechar el par de hilo de cobre de las líneas telefónicas analógicas para establecer conexiones que pueden superar los 20 Mbps. Para ello, el usuario tiene que instalar un filtro en su línea telefónica y utilizar un módem ADSL para los datos. A diferencia del módem de línea telefónica analógica, este equipo está siempre conectado a Internet, por lo que no hace falta hacer llamadas. De hecho, el módem ADSL suele incorporar la función de router (generalmente Wi-Fi) para poder conectar los terminales de la red local del usuario. Aunque existen distintos tipos de tecnologías DSL, la más utilizada es la ADSL.
- Cable coaxial. Hace algunos años eran muy comunes las empresas que ofrecían servicios de televisión por cable. Aparte de las señales de TV, el cable coaxial que llevaban a casa del cliente podía ser utilizado para facilitar un acceso a Internet de alta velocidad (hasta 40 Mbps). En este caso, era necesario instalar un módem cable que se conectaba al router de la red local. Hoy en día, los servicios de TV suelen ofrecerse a través de Internet, por lo que las empresas de TV por cable han ido desapareciendo.
- Wi-Max (enlace por radio). Los proveedores de acceso a Internet que utilizan la tecnología inalámbrica Wi-Max instalan estaciones base desde donde poder establecer conexiones de radio punto a punto con cada uno de sus clientes. Para ello, es necesario instalar una pequeña antena parabólica en alguna facha de tu domicilio apuntando a la estación base. La antena se conecta al módem de radio y éste al router de la red local. La tecnología Wi-Max es muy apropiada para ofrecer servicios económicos de acceso a Internet, tanto en ciudades como en entornos rurales. La velocidad de acceso es de hasta 300 Mbps, aunque lo normal es que no supere los 100 Mbps. La nueva versión WiMAX 802.16m (Release 2.0) permite velocidades teóricas de hasta 1 Gbps.
- Satélite. Si se vive en un lugar remoto, donde no se tiene acceso a las nuevas tecnologías, una de las pocas alternativas que quedan es establecer una conexión por satélite. La conexión por satélite sólo necesita tener una vista despejada hacia el cielo. Con esta tecnología se pueden superar los 100 Mbps de velocidad de acceso. Se necesita instalar una antena parabólica, el módem satelital y el router. El mayor inconveniente de las conexiones por satélite es su alta latencia, esto es, el tiempo que tardan los datos en llegar de un extremo a otro de la comunicación es muy alto. No obstante, los nuevos servicios de accesos a Internet por satélites de órbita baja ofrecen latencias bajas, no muy superiores a las de la FO.
- Red de telefonía móvil. Las redes de telefonía móvil o celular tienen la ventaja de estar accesible casi desde cualquier lugar. Esto le da la posibilidad al usuario de acceder a Internet libremente, aunque se esté en movimiento, en el tren o en la calle. Si se necesita facilitar el acceso a Internet a distintos terminales, los teléfonos smartphones pueden ser utilizados para compartir su conexión a Internet (mediante Wi-Fi o USB). Adicionalmente, existen routers de telefonía móvil que acceden a Internet a través de la red celular. La primeras generaciones de la tecnología móvil ofrecían una velocidad de acceso a Internet muy baja, pero los servicios 4G y 5G actuales permiten superar 1 Gbps de velocidad de conexión. De hecho, con 5G se pueden alcanzar los 10 Gbps en condiciones ideales. El inconveniente del acceso a Internet a través del móvil es que no existen garantías de tener una buena conexión desde cualquier sitio o en cualquier momento.
- Fibra óptica. Esta tecnología es la que ofrece una mayor velocidad de acceso a Internet y con una mayor calidad. A diferencia de las tecnologías anteriores, suele ofrecer conexiones muy estables y con muy baja latencia. El proveedor de acceso instala un cable de fibra óptica hasta nuestro domicilio. Es lo que se conoce como tecnología FTTH (Fiber To The Home) o fibra hasta el hogar. Adicionalmente, necesita instalar un dispositivo conocido como ONT (Optical Network Terminal) o terminal óptico, para convertir señales ópticas a eléctricas. La instalación se termina con un router de red (generalmente Wi-Fi). Dependiendo del proveedor y del servicio contratado, las conexiones de FO pueden llegar hasta los 10 Gbps.
Hoy en día, la mayoría de los accesos a Internet se llevan a cabo mediante fibra óptica. No obstante, si no se tiene disponible este servicio, siguen existiendo proveedores que ofrecen cualquiera de las otras tecnologías de acceso alternativas. Se trata de investigar las opciones, preguntar por sus características y precios y elegir la más conveniente.
El proceso de contratación e instalación de cualquiera de los servicios anteriores es simple. Basta con contactar con el proveedor correspondiente. En caso necesario, la empresa se encarga de instalar el cable y los equipos que correspondan.
La medida de la velocidad de conexión
Como sabemos, la información digital está compuesta por bits. El bit es la unidad mínima de información que maneja cualquier equipo digital. Un bit puede tomar los valores 0 o 1. Como la realidad que nos rodea no es digital, antes de introducirse en los sistemas digitales, necesita ser digitalizada. Para ello se utilizan códigos de conversión. Por ejemplo, para los caracteres de un texto se utiliza el código ASCII (American Standard Code for Information Exchange, Código Normalizado Americano para el Intercambio de Información). Este código le asigna a cada letra, número o signo una determinada combinación de ceros y unos. De esta forma, la letra A se corresponde con los bits 01000001. Para las imágenes, sonidos o vídeos se utilizan otros tipos de códigos como JPG, MP3 o MPEG-4.
La velocidad de transmisión de un equipo indica la cantidad de bits que es capaz de transmitir en la unidad de tiempo. Esta velocidad se mide en bits por segundo (bps). Por tanto, 1 Mbps (Megabits por segundo) indica que se transmite a un millón de bits por segundo. Si fuesen caracteres, esto supondría más de 140.000 caracteres en un segundo (a 8 bits por carácter), unas 35 páginas de texto. No obstante, los equipos de comunicaciones no sólo transmiten los datos de la información, sino que también necesitan transmitir datos de control de la comunicación. Los datos de control son entre un 10 y un 20% de los datos totales transmitidos. Esto quiere decir que 1 Mbps de datos se quedaría en unos 0,8 Mbps de información, con lo que en un segundo no se llegaría a transmitir las 35 páginas anteriores, sino sólo 28 aproximadamente.
Por otro lado, aunque la velocidad de transmisión se mide normalmente en bps, algunos programas utilizan la medida bytes por segundo o Bps (con B mayúscula). Un byte es equivalente a 8 bits, por lo que un Bps equivale a 8 bps.
Por último, para expresar cantidades de bits es muy común utilizar los prefijos kilo (mil), mega (un millón) o giga (mil millones); sin embargo, en el mundo de la tecnología digital es habitual adaptar las medidas al sistema binario. Un 1 seguido de diez 0 en binario es equivalente al número decimal 1.024. Frecuentemente, cuando se habla de un kilobit en informática, no se quiere decir 1.000 bits, sino 1.024 bits.
Todo lo anterior produce un cierto desconcierto; no sólo porque no se está seguro de qué significa la K o la M o si hacemos referencia a la velocidad de transmisión de datos o de información, sino porque también es común mezclar bits con bytes. Desgraciadamente, no existe una regla que venga a poner orden, por lo que, si se van a hacer comparaciones, conviene asegurarse primero de que todas las cantidades están expresadas en las mismas unidades reales. Quiere esto decir que, de forma práctica, conviene manejar las velocidades de transmisión como medidas aproximadas y no como valores exactos.
Si desea saber más sobre los números binarios puede consultar Números binarios. Qué son y cómo funcionan. Por otro lado, si tiene problemas con su velocidad de Internet, tiene este contenido: Por qué mi Internet va tan lento.
Velocidad de subida y de bajada
Frecuentemente se habla de Internet como de la nube, como algo que está arriba. Por tanto, cuando algo que está en Internet se transmite a nuestro terminal decimos que lo hemos bajado o descargado. Por el contrario, hablamos de subir o cargar cuando lo que queremos hacer es transmitir algo desde nuestro terminal a Internet. Curiosamente, los caminos de bajada y de subida suelen ser distintos, como en las autopistas. Dado que lo normal es que se necesite bajar mucho más volumen de información del que se necesita subir, muchos de los servicios de acceso a Internet ofrecen un mayor ancho de banda de bajada (velocidad de bajada) que de subida. Es lo que se conoce como conexión asimétrica.
La velocidad de accesos a Internet que publican los proveedores suelen hacer referencia a la velocidad de bajada, no a la de subida. Por ejemplo, si tenemos una FO de 500 Mbps, esto quiere decir que podremos bajarnos información a esa velocidad, pero la velocidad de subida podría no ser superior a 100 Mbps. No obstante, existen proveedores que ofrecen conexiones simétricas. Esto es, la velocidad de subida es igual a la de bajada. Una conexión de fibra óptica simétrica de 500 Mbps puede subir y bajar datos a esa velocidad (aunque baje más de los que suba).
La mayoría de las tecnologías de acceso a Internet más antiguas ofrecen conexiones asimétricas. No obstante, las tecnologías más actuales, como FO o 5G, suelen ofrecer conexiones simétricas. Mientras que antiguamente, básicamente se utilizaba Internet para bajar información, actualmente, existe una mayor demanda de creación de contenido por parte del usuario y de uso de servicios de videoconferencia o reuniones virtuales donde cada participante puede generar datos en la misma proporción.
Acceso por fibra óptica
La fibra óptica es un pequeño tubo con paredes interiores de espejo por donde puede viajar la luz reflejándose en sus laterales. Los pulsos de luz de un extremo, que representan los ceros y unos, llegan fácilmente al otro sin sufrir interferencias. A lo que hemos llamado tubos de espejo son realmente filamentos de vidrio o plástico extremadamente delgados.
La tecnología de fibra óptica (FO) para acceder a Internet, también conocida como FTTH (Fiber to the Home), representa la tecnología más avanzada para acceso a internet actualmente. Ofrece una mayor estabilidad y velocidad que cualquiera de las tecnologías alternativas, así como una baja latencia. Este es el motivo por el que se ha convertido en tipo de acceso habitual tanto para los hogares como para los negocios y empresas.
Aunque la forma más habitual de las redes de fibra es la FTTH, existen distintos tipos de acceso por FO, entre ellos:
- FTTH (Fiber to the Home) o fibra hasta el hogar. Es el más habitual hoy en día. Con esta opción, la fibra óptica llega hasta el propio domicilio, permitiendo conexiones de hasta 10 Gbps.
- FTTB (Fiber to the Building) o fibra hasta el edificio. En este caso, la fibra llega al edificio y la conexión final hasta el domicilio se hace con cobre. La velocidad máxima de esta conexión es de 1 Gbps.
- HFC (Hybrid Fiber-Coaxial) o híbrido fibra-coaxial. La implementaron los operadores de TV por cable (CATV). Originariamente, estos operadores tenían una red de cable coaxial hasta el domicilio del cliente. Con HFC, aunque el acceso al domicilio seguía siendo de cable coaxial, la red troncal del operador se sustituye por fibra óptica. Con esta tecnología la velocidad máxima es de 500 Mbps.
Si nos centramos en los accesos FTTH, el cable de FO llegará hasta nuestro domicilio terminando en un equipo conocido como ONT (Optical Network Terminal) o terminal de nodo óptico. Este equipo convierte las señales ópticas de la fibra en señales eléctricas. A continuación nos instalan un router (de cable o con Wi-Fi) que es el que hace de frontera entre la red pública del proveedor de acceso y la red privada del cliente. El cliente puede acceder al router para configurar su red local como le sea más conveniente.
Por cierto, en el lado del operador, la fibra que sale de nuestra casa termina en un dispositivo conocido como OLT (Optical Line Terminal) o terminal de línea óptica. Este dispositivo entrega las señales eléctricas de datos a la red del operador. Los equipos ONT de casa y OLT del operador deben ser del mismo tipo y, para su funcionamiento, requieren de unos datos técnicos de configuración. Esto quiere decir que el usuario no puede cambiar la ONT sin contar con la colaboración del operador (o de Internet).
Aunque el ONT y el router que nos instalan en casa pueden ser dos equipos distintos, muchos operadores los tienen integrados en la misma caja. En ese caso, esa caja ONT/router tendrá la conexión de FO, las conexiones de red ethernet y, si es el caso, las antenas del Wi-Fi.
Sea como sea la instalación, si se desea, el router del operador puede ser sustituido por otro modelo que nos sea más conveniente (por alcance, tecnología, etc.). Si se trata de un router Wi-Fi integrado en la ONT, generalmente puede deshabilitarse o con un botón exterior o accediendo a su configuración.
En ocasiones el equipo ONT combina su funcionalidad con otra distinta. Por ejemplo, puede tener capacidades para distribuir la señal de Internet o ser parte de instalaciones en edificios. En estos casos, a este dispositivo se le conoce como ONU (Optical Network Unit) o unidad de red óptica. Los equipos ONU suelen utilizarse en contextos no residenciales o de redes punto-multipunto.
Por último, por si lo ve en alguna documentación, a la red de distribución de fibra óptica que conecta la OLT y la ONT se la conoce como ODN (Optical Distribution Network). GPON (Gigabit Passive Optical Network) es el estándar más común para redes FTTH, con arquitectura punto-multipunto, donde un splitter óptico conecta una fibra con múltiples hilos (ejemplo, 1 entrada y 32 salidas).
Acceso por satélite
Si se vive en un lugar remoto donde no se tiene acceso a la mayor parte de las nuevas tecnologías, pero se necesita de una conexión a Internet a alta velocidad, la solución apropiada es la conexión por satélite. El satélite puede ofrecer velocidades de hasta 100 Mbps y latencias similares a las de las conexiones por fibra óptica.
Existen tres tipos de sistemas satelitales en función de la órbita de los mismos:
- Satélites geoestacionarios (GEO). Estos satélites se encuentran a unos 36 mil km sobre la tierra, sobre el ecuador (latitud 0°). Ofrecen servicio a gran áreas de cobertura. Sus velocidades típicas están entre los 10 y 100 Mbps. Su mayor inconveniente es la latencia de estas conexiones, que suelen estar entre los 500 y los 700 ms (muy alta). Hispasat, Eurona o Viasat son algunos ejemplos de empresas que ofrecen este servicio.
- Satélites en órbita baja (LEO). Se trata de una constelación de satélites en movimiento ubicados entre los 500 y los 2.000 km de altitud sobre la tierra. Consiguen velocidades de conexión de hasta 300 Mbps o más. A diferencia de los geoestacionarios, su latencia es del orden de los 20 a 50 ms, similar a la de la fibra óptica. Su mayor inconveniente es que hace falta una antena parabólica con seguimiento automático (motorizada). Starlink (SpaceX), OneWeb o Amazon Kuiper son algunas de las empresas que ofrecen este servicio.
- Satélites en órbita media (MEO). Son sistema similares a LEO, pero las constelaciones de satélites se sitúan a una mayor altura (entre 5.000 y 20.000 km), lo que hace posible operar el sistema con menos satélites. Tanto las velocidades de acceso como la latencia son intermedias entre los sistemas GEO y LEO. Las velocidades están entre los 100 Mbps y 1 Gbps y la latencia promedio es del orden de 100 a 150 ms. SES (O3b), Telesat Lightspeed o Inmarsat ofrecen servicios de este tipo.
La eficiencia de las conexiones por satélite se ve afectada principalmente por las condiciones climáticas (la lluvia intensa reduce la señal) y por el número de usuarios en la misma celda satelital.
Para instalar una conexión por satélite a Internet hace falta el siguiente equipamiento:
- Antena parabólica. De 60 a 120 cm de diámetro , orientada al sur (pata satélites geoestacionarios) o con seguimiento automático (para las costelaciones).
- Transceptor. Es el equipo de radio que convierte las señales de radiofrecuencia del satélite en señales eléctricas.
- Módem satelital. Traduce las señales eléctricas del transceptor en señales digitales a entregar al router.
- Router. Distribuye la señal por la red local. El router puede ser de cable o inalámbrico (Wi-Fi).
El internet satelital, especialmente con constelaciones LEO (como Starlink) ha reducido la brecha digital en áreas remotas. Aunque su coste y requisitos técnicos son mayores que la fibra, ofrece una solución viable donde otras tecnologías no llegan.
Adicionalmente, los teléfonos satelitales también pueden conectarse a Internet. El inconveniente es que el ancho de banda varía desde unos 2400 bps y los 60 kbps y que la conexión debe hacerse mediante un módem de red telefónica analógica. Esto impide prácticamente que pueda ser utilizado este tipo de accesos para navegar por la web, pero resulta muy útil para otro tipo de servicios, como el correo electrónico. Además, dado que los teléfonos satelitales suelen tener antenas omnidireccionales, no se requiere alineación.
Acceso con la red de móviles
La telefonía móvil o celular tiene la ventaja de estar accesible casi desde cualquier lugar. Esto le da la posibilidad al usuario de acceder a Internet libremente, aunque se esté de viaje, en el tren o en la calle.
Como podemos suponer, la telefonía móvil (celular) es una tecnología que no deja de evolucionar y, especialmente, en sus capacidades de transmisión de datos. Aunque los primeros sistemas se pensaron exclusivamente para las comunicaciones de voz, con el nuevo milenio se han desarrollado nuevas tecnologías que permiten transmitir datos a más de 1 Gbps con latencias muy bajas, incluso menores que las de la fibra óptica.
Casi todos los operadores de telefonía móvil actuales ofrecen servicios de transmisión de datos de tipo 4G o 5G. Con los sistemas 4G se alcanzan velocidades de cientos de Mbps y latencias de menos de 50 ms. Si se necesita más, con el servicio 5G se puede superar 1 Gbps y bajar la latencia considerablemente. Este estándar promete desarrollar nuevos servicios en los que se requiera movilidad, alta velocidad y baja latencia (por ejemplo, telecontrol, alarmas, etc.). Si necesita saber más sobre 5G, puede consultar el artículo Qué es 5G y en qué se diferencia de lo anterior.
Para hacer uso de la transmisión de datos a través de una red de móvil es necesario contratar el servicio con el operador correspondiente y disponer de un terminal que permita dicha conexión de datos. Hay que tener presente que los distintos operadores ofrecen distintas tecnologías de transmisión de datos, por lo que, si se está muy interesado en transmitir a la máxima velocidad, hay que asegurarse contratar con el operador apropiado.
Los teléfonos móviles de tipo smartphone suelen ofrecer la opción de crear una red Wi-Fi propia con la que compartir sus datos. Si el compartir los datos del móvil no es algo ocasional, existen router Wi-Fi para sistemas de telefonía móvil. Estos equipos disponen de una ranura donde introducir la tarjeta SIM. El resto del funcionamiento es similar al de cualquier otro router Wi-Fi. Por cierto, también los hay que ofrecen conexión por cable o por USB.
Un último detalle histórico, la primera generación (1G) fue la telefonía móvil analógica, que no disponía de sistema de transmisión de datos específico. No obstante, utilizando un módem de red telefónica básica se podía transmitir datos a muy baja velocidad (menos de 9 Kbps). Para más información sobre la historia puede consultar el artículo Historia de la telefonía móvil en España.
Redes públicas Wi-Fi
Si necesitamos acceder a Internet desde un lugar distinto a la casa o la oficina, el primer método que se nos ocurre es utilizar el teléfono móvil smartphone. Estos terminales suelen ofrecer una buena conexión a Internet que, en caso necesario, se puede compartir con otros equipos a través de Wi-Fi. No obstante, las redes de móviles no ofrecen un servicio estable y, en ocasiones, están saturadas. Si se necesita una conexión de calidad, una alternativa es utilizar una red Wi-Fi pública.
Las redes Wi-Fi públicas se encuentran en espacios comerciales o de alta concurrencia como:
- Establecimientos comerciales: Las cafeterías, centros comerciales u hoteles suelen ofrecer acceso Wi-Fi gratuito a sus clientes.
- Instituciones públicas: Las bibliotecas, ayuntamientos o universidades también pueden proporcionar acceso Wi-Fi. En algún caso, es posible que requieren un registro previo.
- Transporte: Tanto las estaciones de trenes, autobuses y aeropuertos, como el propio medio de transporte (bus, tren, avión) pueden ofrecer este tipo de conexión para sus pasajeros.
- Espacios abiertos: Muchas parques municipales y plazas de las ciudades cuentan con cobertura Wi-Fi financiada por gobiernos locales.
Hay que tener en cuenta que, frecuentemente, estas conexiones no son de calidad, están saturadas, requieren un registro previo o, incluso, son de pago. No obstante, son una alternativa.
Conectar nuestro terminal a Internet a través de una red Wi-Fi es un procedimiento simple. Consiste en acceder al Wi-Fi del terminal, buscar las redes disponibles y seleccionar la red elegida. Cada red se muestra con un nombre de red. Los lugares con redes Wi-Fi públicas disponibles suelen tener expuesto el nombre de su red y, en su caso, la clave de acceso. Si requiere un registro previo, normalmente se accede de forma automática al formulario de registro al intentar abrir cualquier página web con un navegador.
Si desea conocer las redes Wi-Fi públicas disponibles en un lugar, simplemente puede preguntarle a un buscador. Adicionalmente, existen servicios, como Wi-Fi Map o Instabridge, que proporcionan mapas con las redes Wi-Fi (hotspots) públicas existentes e, incluso, sus contraseñas.
Precauciones de seguridad al conectarse a una Wi-Fi pública
Cuando nos conectamos a una Wi-Fi pública no tenemos la certeza de que sea completamente segura. Esto quiere decir que podría haber otros usuarios con las herramientas adecuadas que le permiten ver las comunicaciones ajenas o, incluso, acceder a terminales ajenos. Otra forma de acceso ilegal es piratear (hackear) los equipos de la red pública, incluso de forma remota, sin estar presentes. Sea como fuere, el hecho es que los ciberdelincuentes podrían estar revisando nuestras comunicaciones.
Si el hecho en sí puede ser preocupante, las precauciones de seguridad deben ser mayores si vamos a usar Internet para intercambiar información privada. Por ejemplo, si vamos a acceder a nuestro banco, tendremos que introducir nuestra identificación y clave. Los piratas podrían estar vigilando y hacerse con estos datos.
Por tanto, a la hora de usar redes públicas Wi-Fi debemos tomar las siguientes precauciones:
- Verificación de la red. Debemos estar seguros de que la red a la que nos conectamos es efectivamente la del establecimiento o institución a la que esperamos conectarnos. Debemos evitar conectarnos a redes abiertas sin contraseña y priorizar el uso de redes con cifrado WPA2 o WPA3.
- Uso de VPN o red privada virtual. Si queremos garantizarnos que nuestra conexión sea segura, la mejor forma de hacerlo es utilizando un servicio VPN. Al hacerlo se cifrará todo nuestro tráfico, ocultando la dirección IP y evitando la interceptación de datos. Algunos navegadores ofrecen el servicio VPN de forma gratuita. En este caso, no hay que olvidar activarlo antes de acceder a cualquier página web.
- Autenticación en dos pasos (2FA). Si tiene que usar redes públicas habitualmente y acceder a sitios web donde tenga que autenticarse, si fuese posible, sería recomendable que activara la autenticación en dos pasos en esos sitios. Este sistema combina la contraseña con un código temporal (SMS, o a través de una app). Si los piratas se hacen con la contraseña, seguirán sin poder acceder al no poder comprobar el código. La autenticación 2FA se puede activar en plataformas de correos electrónicos, redes sociales, banca online y servicios en la nube.
La combinación de VPN, 2FA y navegación consciente reduce drásticamente los riesgos. Por ejemplo, una VPN bloquea el 95% de los intentos de interceptar fraudulentamente los datos que viajan por la red (esto se conoce como sniffing), mientras que el 2FA previene el 80% de los accesos no autorizados incluso si la contraseña es vulnerada. Estas medidas, junto con el escepticismo ante redes no verificadas, son claves para una conexión segura.
Recuerde, mientras se esté conectado a Internet a través de una red pública, sería recomendable no acceder a la banca online, no realizar compras con tarjeta de crédito, ni acceder a sitios con información privada como, por ejemplo, de servicios médicos. Y, en general, se debe evitar introducir datos personales en cualquier tipo de formulario.
Si le interesa el tema de la seguridad puede consultar Cómo proteger la privacidad en la navegación web.
Más información
En este artículo se han descrito las distintas formas de conectarse a Internet. Espero que le haya resultado de interés. En este blog se dispone de otros muchos contenidos relacionados. Por favor, utilice el buscador de contenidos que tenemos en la cabecera.
Por otro lado, estos son algunos otros artículos que pueden ser de interés:
- Qué es Internet, la red que transformó el mundo
- Qué es un firewall
- Cómo conectarse a redes Wi-Fi ajenas
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