La velocidad de Internet es algo de lo que nos estamos quejando continuamente. No importa si tenemos contratada una velocidad de acceso de 20 Mbps o de 1 Gbps, al final siempre hay algún servicio que va más lento de lo esperado. Hay que tener en cuenta que la calidad del Wi-Fi o la velocidad de acceso a la red son solo algunos de los factores que afectan a la velocidad de internet. Profundicemos un poco en el asunto de la velocidad de conexión con Internet.
Partimos de la base de que la velocidad es algo relativo. 1 Mbps es una buena velocidad para el correo electrónico o para ver la mayoría de las páginas web; no obstante, se percibirá como lenta o, incluso imposible, si se pretende transmitir un archivo de gran tamaño o ver una película. En los primeros años de Internet nos solíamos conectar a 1200 bps y nos quejábamos del precio de la conexión, pero no de la velocidad.
Con el paso de los años, el volumen de datos que es necesarios intercambiar para hacer uso de cualquier servicio, por pequeño que sea, es cada vez mayor. En aquellos primeros años era normal que las páginas web tuvieran un tamaño de pocos kilobits, mientras que hoy, son normales los megabits y recibiendo además anuncios con videos en streaming (retransmisión de imágenes). Esto nos ha llevado a disponer en el hogar de velocidades de acceso de cientos de Mbps, y subiendo.
Factores que afectan a la velocidad de Internet
Aunque, generalmente, siempre acabamos echándole toda la culpa de la baja velocidad de conexión con Internet a la mala calidad del Wi-Fi, no siempre es así. En la conexión desde nuestro terminal hasta el servidor al que pretendemos conectarnos intervienen muchos más actores que el Wi-Fi.
Como sabemos, una cadena es tan débil como el más débil de sus eslabones. Aunque el Wi-Fi suele ser un factor importante, no es de extrañar que el responsable de la lentitud de la conexión sea otro. Desde un punto de vista general, la lista de responsables la podemos dividir en dos grupos: factores que dependen del cliente o usuario (el Wi-Fi, por ejemplo) y factores que no dependen del cliente o usuario (por ejemplo, el hardware del servidor).
Se pueden encontrar muchos servicios online que ofrecen tests de velocidad de conexión con Internet (de subida y bajada)
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el rendimiento de una conexión de internet puede cambiar de un momento a otro. A veces se dan saturaciones puntuales de alguna parte de la infraestructura o, incluso, picos de uso recurrentes en determinados momentos del día o días de la semana.
Si se tiene curiosidad, en el mercado hay distintas herramientas que se instalan en el ordenador (tablet o smartphone) del usuario para medir esta velocidad de forma instantánea. También existen servicios online que miden la velocidad real de conexión en ese momento.
Factores que dependen del usuario o cliente
Los factores más importantes en los que el usuario puede actuar son los siguientes:
- Velocidad efectiva de la conexión inalámbrica. Cierto, la calidad de la señal Wi-Fi es un factor importante. Lo desarrollamos más adelante.
- Conexión del punto de acceso Wi-Fi con el router del proveedor de acceso a Internet. Los problemas de esta conexión pueden tener dos orígenes:
- El cable de la conexión no es el adecuado o los equipos están muy distanciados. Los antiguos cables CAT5 o anteriores solo están pensados para transmisiones de 100 Mbps y distancias de algunas decenas de metros. Se puede comprobar si esta es la causa del problema conectando un equipo por cable directamente al router del proveedor de acceso.
- La red local cableada a la que está conectado el Wi-Fi puede estar compartiéndose con otros terminales devoradores de ancho de banda. Por ejemplo, pudiera haber algún servidor emitiendo en streaming (retransmisión) o cámaras web de alta resolución cuyas imágenes son muy demandadas. Desconectar temporalmente estos equipos puede ayudarnos a despejar esta incógnita.
- Ancho de banda de la conexión de acceso a Internet. El uso de internet evoluciona. De hecho, cada vez conectamos más equipos o hacemos uso de servicios más demandantes de ancho de banda. Es posible que la conexión a Internet que contratamos hace años ya no sea suficiente.
Factores que no dependen del usuario o cliente
Internet es mucho más que nuestra casa u oficina. Existe un proveedor de acceso (ISP), unas infraestructuras troncales de interconexión, un proveedor de acceso de lado del servidor y un equipamiento que da soporte al servicio. Los factores más importantes que influyen en la limitación de la velocidad de conexión a Internet y en los que el usuario no puede actuar son los siguientes:
- Dimensionado de la infraestructura del proveedor de acceso. No todas las conexiones a Internet tienen el mismo precio ni todos los proveedores de acceso cuentan con las mismas infraestructuras. Los proveedores tienen que crear una red que los interconecte con el resto de Internet. Esta red no siempre está bien dimensionada, sobre todo si el proveedor es pequeño.
- Rendimiento de internet en ese momento. Internet es una red de redes interconectadas que dan soporte a todos los proveedores de servicios y a los usuarios de los mismos. No hay un mando único que coordina toda la actividad sino reglas basadas en la confianza en las redes vecinas. Este ecosistema suele funcionar, pero puede tener momentos de debilidad. Todos los servicios, por globales y poderosos que sean, pasan por momentos de crisis.
- Ancho de banda de la conexión del servidor con internet. Los usuarios nos conectamos a servidores. Estos servidores disponen de sus propias conexiones a Internet con sus limitaciones. Es posible que no esté bien dimensionada, que la demanda del servicio sea mayor de la esperada en un momento dado o que estén realizando labores de gestión que sobrecarguen momentáneamente la conexión. Puede haber momentos en los que su infraestructura no pueda soportar la demanda
- Hardware del servidor donde esté situado el servicio de internet utilizado. Los servicios de Internet se soportan en un software servidor y unas bases de datos instalados sobre un hardware determinado. Un mismo ordenador puede tener instalados muchos servicios. El rendimiento de todo el conjunto depende del hardware de que se disponga (procesador, memorias, etc.) y de las exigencias de los servicios instalados.
- Número de usuarios simultáneos que tenga el servidor en ese momento. Un servicio puede estar pensado para soportar cien usuarios simultáneos y, sin embargo, tener picos de uso de miles de ellos. En estos momentos el servidor se verá desbordado e irá atendiendo las peticiones de los usuarios como buenamente puede, esto es, lentamente. Incluso puede haber momentos de bloqueo.
En el caso de ocurrir algunas de las circunstancias descritas lo único que puede hacer el usuario son dos cosas: quejarse al proveedor de acceso o del servicio y, si no se obtiene la respuesta deseada, cambiar de proveedor de acceso o de proveedor de servicio. Si, por alguna circunstancia, no se pueden hace ninguno de estos cambios, solo queda intentar acceder al servicio en otro momento.
Velocidad del Wi-Fi
Si se tiene dudas de que la red Wi-Fi esté funcionando correctamente, se puede comprobar la velocidad de la conexión inalámbrica a través de la aplicación Wi-Fi del ordenador, tablet o smartphone. Entre la información que ofrece suele estar la velocidad de conexión con el punto de acceso. En algunos casos, además de este dato, encontraremos otros como la relación señal/ruido, nivel de recepción de la señal recibida, etc.
Ciertamente, la conexión Wi-Fi es frecuentemente un cuello de botella. Por desgracia, las conexiones inalámbricas tienen dos grandes limitaciones:
- Características del entorno. El entorno que rodea a un router Wi-Fi tiene una gran relevancia para determinar su área de cobertura. Las paredes, muebles u objetos decorativos influyen en el alcance de la señal. Idealmente, el router Wi-Fi debe colocarse en un sitio alto, despejado y lo más céntrico posible en relación con los terminales de sus usuarios.
- Distancia entre el router Wi-Fi y los terminales. Los routers Wi-Fi tienen limitada por ley la potencia máxima a la que pueden transmitir, por lo que, aún en el mejor de los casos, tiene limitado el alcance. Si se tiene necesidad de mejorar el alcance en una dirección determinada, la mejor forma de hacerlo es instalar antenas direccionales. Por ejemplo, con una antena parabólica se establecer comunicaciones de kilómetros de distancia.
Por tanto, es importante comprobar que el router Wi-Fi está bien posicionado y, en la medida de lo posible, despejar el entorno que lo rodea. Si fuese necesario, se pueden instalar repetidores de señal. Estos equipos se sitúan en puntos intermedios y hacen de intermediarios entre el router y sus terminales. Son pequeños equipos autónomos que sólo necesitan de un enchufe. Otra alternativa es colocar más de un router Wi-Fi. Se puede llevar un cable hasta otro lugar de la casa o la oficina e instalar allí otro router Wi.-Fi. Si la instalación del cable no es posible, también se puede establecer un enlace inalámbrico (brigde) para cubrir esa distancia. Existen equipos bridges específicos, pero muchos modelos de puntos de acceso Wi-Fi se pueden configurar también como bridge.
Los routers de tecnología Mesh permiten combinar varios routers repartidos por distintas localizaciones de la casa u oficina y crear una sola red Wi-Fi muy extendida. Los distintos routers se interconectan entre si y ofrecen al usuario el mismo nombre de red y contraseña. Además, si fuese necesario, se pueden añadir más routers a la red.
Independientemente de lo anterior, existen otros factores que influyen en la velocidad de la comunicación Wi-Fi:
- Tecnología Wi-Fi utilizada. La tecnología Wi-Fi ha ido evolucionando con el tiempo. Cuanto más moderna sea la tecnología, más velocidad y más alcance tendrá la red. La tecnología Wi-Fi n y posteriores (como Wi-Fi 6, también conocida como ax) suponen una gran mejora en cuanto a la cobertura que las tecnologías anteriores.
- Entornos saturados de señales. La tecnología Wi-Fi funciona en las bandas de frecuencia de 2,4 y 5 GHz. Estas frecuencias, sobre todo la de 2,4 GHz, es utilizada por muchas otras aplicaciones inalámbricas (alarmas, controles remotos, etc.). Por otro lado, existen equipos, como motores o electrodomésticos, que interfieren en estas frecuencias. Esto quiere decir que es mejor colocar el router en lugares alejados de equipos eléctricos o electrónicos, incluso de otros routers. Por otro lado, la banda de 2,4 GHz está más saturada, si es posible, es mejor utilizar el servicio en la banda de 5 GHz.
- Demasiados usuarios. Es posible que la red Wi-Fi tenga muchos más usuarios de los que puede soportar. Si esto no se puede cambiar, se puede sustituir el router por uno más moderno. La tecnología Wi-Fi 6 mejoran mucho el número de usuarios simultáneos que admite. No obstante, frecuentemente somos generosos a la hora de compartir el Wi-Fi y, cuando nos damos cuenta, el router está saturado. Simplemente cambiemos la clave del Wi-Fi de vez en cuando para controlar que los usuarios conectados son los esperados.
La red Internet está tomando un papel cada vez más importante en nuestras vidas. Disponer de una conexión de calidad no solo supone hacer un mejor uso de la red, sino mejorar nuestra satisfacción y calidad de vida. Por ello, dedicar un poco de tiempo a mejorar la eficiencia de nuestra conexión a Internet se puede convertir en un tiempo muy bien aprovechado.
Más información sobre la velocidad de Internet
En este artículo se explica el por qué mi Internet va tan lento. Esto es, se describen los factores de los que dependen la velocidad de acceso a los servicios de internet. Los problemas de acceso a internet en general y con el Wi-Fi en particular son temas muy amplios que están tratados en este blog en distintos artículos publicados. De hecho, este contenido forma parte de un conjunto de artículos que abordan de forma detallada estos temas. Si tiene interés en algún tema concreto particular, por favor, utilice el buscador de contenidos que tenemos en la cabecera del blog.
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