Historia de Wallapop

Historia de Wallapop. Un éxito emprendedor

Dos amigos de Barcelona estaban muy motivados con lanzar un negocio de economía colaborativa entre particulares. Un día dejaron sus trabajos y apostaron sus ahorros a poner en marcha una idea innovadora en el sector de anuncios clasificados. Así nació Wallapop. Gracias a la ayuda que obtuvieron de importantes inversores, unos años más tarde tenían dinero suficiente como para no volver a trabajar. Veamos la historia de Wallapop.

Esta no es una historia típica de emprendedores. En primer lugar, aunque se han dejado la piel en el proyecto, están convencidos de que lo suyo ha sido suerte al 90% y trabajo al 10%. No consideran que ellos tengan ninguna habilidad especial y no han vuelto a emprender. De hecho, ni siquiera invierten en otros proyectos o en otros emprendedores.

Eso sí, en el caso de Wallapop, jugaron un papel muy importante los fondos de capital riesgo. No solo aportaron el capital necesario para hacer realidad el proyecto, sino que se involucraron personalmente en su puesta en marcha. Quizás esta aportación sea buena parte del 90% de suerte de la que hablan las fundadores de Wallapop.

Anuncio de Wallapop
Anuncio de Wallapop

Por cierto, este contenido ha sido revisado por Daniel Mulero, uno de los primeros empleados de Wallapop.

Los fundadores de Wallapop

Agustín Gómez Martínez nació en 1979 en Hospitalet de Llobregat, una ciudad cercana a Barcelona. Con 17 años se fue a Barcelona para estudiar ingeniería de telecomunicaciones. Se pagaba los estudios con su trabajo en una empresa de videovigilancia. Cuando terminó los estudios, no tuvo problemas para encontrar trabajo. Trabajó en distintas consultoras como Accenture, Boston Consulting o Isoco.

Unos años más tarde, con 34 años, el trabajo le había dejado de motivar. Básicamente su vida era ir de fiesta. Esto le llevó a una crisis existencial profunda. Pensaba que ya no tenía nada que descubrir ni que aportar en la consultoría y sentía que profesionalmente estaba terminado.

Un día de 2013, hablando con su amigo David Muñoz Salas (de Santa Coloma de Gramanet, también cercana a Barcelona), decidieron hacer algo distinto, montar algo. La idea no era hacer nada rompedor, sino simplemente abordar algún proyecto que les motivara, lo que fuera. «Estaba muy motivado con lanzar un negocio de economía colaborativa entre particulares, como BlaBlaCar o Airbnb, pero estos sectores de movilidad y alojamiento, ya estaban muy saturados«, explicaba Agustín Gómez.

Agustín Gómez y David Muñoz, fundadores de Wallapop
Agustín Gómez y David Muñoz, fundadores de Wallapop

David Muñoz es matemático y, al igual que Gómez, le motivaba la aventura. Los dos tenían un perfil tecnológico y a ambos les llamaba la atención el mundo de las aplicaciones para móviles. Vieron que la mayoría de las empresas se centraban en la Web y que la presencia en el móvil era testimonial.

Descubrieron que en Austria había una aplicación llamada Shpock (creada por Finderly GmbH en 2012). Esta aplicación hacía de intermediaria para la compra/venta de productos de segunda mano. El hecho es que les llamó mucho la atención la idea y se pusieron a investigar sobre el mercado de las transacciones locales. “Queríamos utilizar la tecnología para conectar a las personas, como en los mercados y mercadillos de toda la vida. Nosotros somos del extrarradio” diría Agustín Gómez años más tarde recordando aquel momento.

El nacimiento de Wallapop

Vieron claramente que la compra/venta de productos de segunda mano podía evolucionar. La mayoría de las transacciones se hacían localmente. Por tanto, si se utiliza la geolocalización del móvil, se podría crear una plataforma donde el usuario viera lo que se vende en su barrio, en su entorno. Además, la clave podría estar en hacer que la transacción fuese fácil y rápida: subir unas fotos del producto, un chat para ponerse de acuerdo el comprador y vendedor y quedar en el barrio para la transacción. Nada más. Con esta idea se pusieron a trabajar.

Tenían claro que no querían empeñar sus vidas en hacer que el proyecto funcionase. Así que acordaron que lo intentarían durante seis meses. Eso sí, estaban dispuestos a trabajar intensamente en el proyecto: si funcionaba, bueno; y si no, también. Por otro lado, tampoco tenían mucho dinero. Solo lograron juntar 100.000 euros. Estaba claro que, fuera lo que fuera lo que iban a hacer, tenían que hacerlo deprisa.

Agustín Gómez y David Muñoz dejaron sus trabajos y fundaron la empresa el 23 de mayo de 2013. Agustín estaba soltero pero David estaba casado y esperaba su primer hijo. La empresa nació con el nombre de Fleapster. Este es el comienzo de la historia de Wallapop.

David Muñoz contactó con Daniel Mulero (conocido como el Tete) y con la ayuda de Adrià Sánchez (que se convertiría en Director de Diseño de Wallapop o CDO) desarrollaron la aplicación para Apple en un mes. Para no sacar la aplicación sin productos a la venta, durante ese tiempo, Agustín se iba con su primo pequeño Javi, que no cobraba nada, por los mercadillos de ciudades grandes, como Madrid o Barcelona. Ellos iban con una libreta apuntando y tomando fotos. Así hicieron el primer catálogo de productos.

Los primeros empleados de Wallapop

En los comienzos, como oficina compartieron un piso en el que había más empresas. Agustín Gómez recuerda que hacía tanto calor, que siempre estaban en el bar. Bromea diciendo que Wallapop se hizo en el bar.

El hecho es que cuando salió la aplicación en la App Store para iOS, rápidamente se convirtió en la aplicación más descargada en España. En septiembre de 2013 ya tenían más de 70.000 descargas. Buena parte del merito de esto fue del quinto componente del incipiente equipo de Wallapop: Gemma Escribano. Ella fue durante años la Directora de marketing o CMO de la empresa. El éxito de las descargas fue una gran sorpresa para el equipo. Sin pensarlo mucho, contrataron a una persona que estuvo dos semanas casi sin dormir para sacar la versión de Android.

En el piso que compartían, disponían de una mesa y poco más. Agustín Gómez llamaba a aquello el ‘zulo’. Encerrados en el zulo decidieron que era imprescindible darse a conocer a través del marketing digital. Los últimos 10.000 euros que les quedaban los gastaron en marketing en dos días.

Los impulsores de la idea

Miguel Vicente y Gerard Olivé son dos inversores y emprendedores que en ese momento estaban buscando talentos e ideas donde invertir. El primero es el fundador de LetsBonus y el segundo había fundado empresa como BeAgency, BeRepublic o Antai Venture Builder. Ellos se interesaron en el proyecto y pusieron toda su experiencia y recursos para convertir la idea en una empresa sólida.

Gerard Olivé, Agustín Gómez y Miguel Vicente
Gerard Olivé, Agustín Gómez y Miguel Vicente

Una de las primeras cosas que hicieron fue buscar un nombre más pegadizo para la empresa. Se les ocurrió el nombre de Wallapop (septiembre de 2013). Por otro lado, crearon un modelo de negocio, plan financiero y de recursos humanos. Se nombró a Agustín Gómez Director General o CEO de la empresa y a David Muñoz como responsable técnico o CTO.

En octubre de 2013, a través de Antai VB consiguieron una inversión de 1,6 millones de euros. En esta aportación se involucraron otros inversores como Esade Ban, Bonsai Venture Capital o Caixa Capital Risc. El resultado fue que en solo 5 meses ya contaba con un millón de descargas (usuarios) y un millón de productos subidos. Se habló de que las transacciones diarias superaban los 300.000 mil euros.

La publicidad en televisión de Wallapop

Vieron que su oportunidad estaba en crecer rápidamente, liderar el mercado español lo antes posible. Para conseguirlo, lo mejor era darse a conocer al público general. Esto pasaba por anunciarse en televisión. La solución que se les ocurrió fue ofrecer parte de la empresa a cambio de publicidad. Es lo que se conoce como media for equity. Antai estaba asociada con grupos mediáticos como grupo Z, Godó o Atresmedia. En abril de 2014 estos grupos de comunicación aportaron otros 1,3 millones de euros en forma de publicidad.

Se diseñó una campaña de publicidad dirigida a todo tipo de público: desde coleccionistas a buscadores de gangas. Los anuncios de Wallapop aparecieron en horas de máxima audiencia (prime time) en Antena 3 y La Sexta y se publicaron en revistas y periódicos como Mundo Deportivo, Sport, Woman, La Vanguardia o Cuore. Fue todo un éxito.

Anuncio de Wallapop en la TV de España
Anuncio de Wallapop en la TV de España

Para los fundadores, salir en la TV fue muy simbólico. Agustín recuerda que la emisión del primer anuncio lo celebraron por todo lo alto. El hecho es que el apoyo mediático permitió que la marca Wallapop se diese a conocer rápidamente a nivel nacional y las descargas se multiplicaron.

Qué es Wallapop

Wallapop es una plataforma de anuncios clasificados. Esto es, es un mercado virtual en el que podemos encontrar productos de todo tipo: moda, accesorios, hogar, deporte, ocio, niños, electrónica, videojuegos, libros, música, coches o motos. Los anunciantes y compradores suelen ser personas particulares, aunque últimamente está siendo utilizando también por profesionales.

Para quien le guste las definiciones, se puede decir que Wallapop sigue un modelo de negocio P2P de economía colaborativa. Esto es, los particulares realizan transacciones entre ellos a través de la plataforma digital de Wallapop. Dicho de otra manera, Wallapop es un marketplace entre particulares.

El negocio de anuncios clasificados nació como una sección en la prensa escrita. Posteriormente aparecieron multitud de publicaciones especializadas en las principales ciudades españolas. Por último, aparecieron plataformas webs de ámbito nacional. Este es el caso de Milanuncios o Segundamano (que posteriormente pasó a ser Vibbo).

El concepto de Wallapop
El concepto de Wallapop

Según Agustín Gómez: «Tras un estudio de mercado me di cuenta de que el 70% de las transacciones de este ámbito se daba en un radio de 5 kilómetros y fue entonces cuando pensé en renovar esta antigua tendencia con una aplicación móvil«. Esto les llevó a la idea de desarrollar una aplicación para el móvil (smartphone). Lo único que tiene que hacer el usuario es bajarse la aplicación.

El móvil está geolocalizado, por lo que resulta muy fácil ver las ofertas de nuestro entorno. Además, mediante el chat que incorpora la aplicación, se puede acordar el precio y quedar en el barrio para hacer el intercambio presencialmente. En ese momento lo podemos ver y probar antes de comprarlo. En el mismo día podemos tener el producto en casa.

Para la mayoría de los usuarios, utilizar el chat de la aplicación es mucho más fácil, cómodo y rápido que identificar un producto en una web y tener que llamar por teléfono o enviar un email. La geolocalización y el chat fueron las claves del éxito inmediato que consiguió Wallapop.

Por cierto, además de las aplicaciones para iOS y Android, hoy en día existe también la versión web: wallapop.com.

A la conquista de otros mercados

Podían haberse centrado en rentabilizar la inversión, ganar dinero o monetizar, como se dice ahora. Pero ellos, en vez de esto, lo apostaron todo al crecimiento.

No tenían ingresos directos, así que la única forma de financiar el crecimiento era buscar inversores. Según Agustín Gómez, su gran función en Wallapop era mendigar dinero. Como la empresa funcionaba, las rondas de financiación eran una fiesta. Para no perder la ola del crecimiento, decidieron internacionalizar el negocio. Cuando la empresa tenía poco más de siete meses de vida decidieron entrar simultáneamente en los mercados de Reino Unido, Francia y México.

Wallapop en Francia y Reino Unido
Wallapop en Francia y Reino Unido

Agustín Gómez argumentaba la decisión diciendo que no podían ir a pedir dinero a las empresas de capital riesgo de Inglaterra sin que nadie los conociera; no les iban a prestar la más mínima atención. Sin embargo, si situaban a Wallapop como líder del mercado del Reino Unido, la cosa cambiaría. La estrategia funcionó. A finales de 2014 consiguieron primero el apoyo de Accel Partners. Este fondo había invertido en las fases iniciales en Facebook o Dropbox, entre otros. Aportó 3,5 millones de euros. Ya en 2015 el de Insight Venture Partners (accionista de Twitter o Tumblr) aportó 23 millones de euros. Por otro lado, Vostok (inversores de Blablacar o Delivery Hero) hizo varias aportaciones en 2015 que se acercaron a los 10 millones de euros.

Aunque en otros países tuvieron resultados desiguales, el hecho es que un año más tarde del lanzamiento de Wallapop ya eran líderes del mercado español de intermediación para la compra/venta de productos de segunda mano.

La entrada de nuevos inversores

Por suerte, la empresa funcionó siempre razonablemente bien y no perdió el liderazgo conquistado en España. Esto ha ido facilitando la entrada de nuevos inversores. Este es el caso de NEA (el fondo de Snapchat), DST (de Yuri Milner, una estrella de Silicon Valley) o de 14W (de Alex Zubillaga).

Aunque Agustín Gómez no tardó mucho en dejar de ser el dueño de la empresa, estaba muy orgulloso del Consejo de Administración de Wallapop: “Hay gente muy poderosa”. Entre ellos se encontraban Sonali de Rycker (Accel), Alex Zubillaga (14W), Deven Parekh (Insight), Tony Florence (NEA), Thomas Stafford (DST), Jacob Aqraou (eBay) o Fabrice Grinda (OLX).

Nunca se reveló nada sobre las cantidades que podía ir recibiendo Wallapop de los fondos de inversión. No obstante, en 2015, apenas dos años después del lanzamiento de la empresa, se hablaba de que podrían haber levantado del orden de unos 150 millones de euros. La Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI) destacó a Wallapop como la empresa que mayor financiación de capital riesgo había recibido en España ese año 2015.

La batalla en Estados Unidos

Todo parecía apuntar a que era el momento de entrar en Estados Unidos. Para los fundadores de Wallapop, entrar en ese mercado era todo un reto. Simplemente, les hacía ilusión y tenían el capital necesario para competir.

A finales de 2015, Wallapop compró la empresa neoyorquina Sell it. Esta empresa había sido fundada por Patrick Houwer y Fabrice Grinda y tenía una aplicación para la compra y venta de productos a nivel local. Lo cierto es que Sell it no tenía mucho tirón, pero ya tenía una base de usuarios sobre la que trabajar. En cualquier caso, la compra no se hizo en metálico, sino por acciones de Wallapop. Esto permitió que Fabrice Grinda pasase a formar parte del grupo de inversores de Wallapop. Grinda es un empresario de origen francés muy respetado en el ámbito del ecommerce y el marketplace en Estados Unidos.

Anuncio de Wallapop en la TV de Estados Unidos
Anuncio de Wallapop en la TV de Estados Unidos

Por desgracia, en Estados Unidos había varias aplicaciones que luchaban por el mismo mercado. Entre ellas, Craiglist, eBay, OfferUp, Close5 o Marketplace de Facebook. A Wallapop no le fue mal y lograron liderar las descargas durante tres o cuatro meses. Superaron los 3 millones de descargas. Sin embargo, apareció un nuevo jugador: Letgo. Esta empresa contaba con el apoyo del grupo Naspers quien invirtió 100 millones de dólares en el proyecto. La aplicación de Letgo era idéntica a la de Wallapop y tenían exactamente la misma estrategia. A pesar de eso, lo cierto es que letgo estaba consiguiendo mejores resultados.

Wallapop decidió hacerles frente y la batalla por el mercado fue salvaje. Ambos invirtieron grandes cantidades en anuncios de televisión. Pronto se dieron cuenta de que se estaban desgastando sin sentido, así que Letgo y Wallapop se acabaron fusionando en mayo de 2016.“Teníamos la misma estrategia y nos estábamos desgastando, decidimos unir fuerzas” dijo Agustín Gómez.

El 55% de la nueva sociedad (llamada Letgo USA) estaría en manos de Letgo y el 45% en las de Wallapop. Seguirían operando con la plataforma de Letgo y utilizando su marca.

Wallapop necesita ingresos directos

El modelo de negocios de Wallapop estaba concebido para que alguna empresa mayor lo comprara. Wallapop no se queda con ningún porcentaje de las ventas que se producen en su plataforma, así que no tenía ingresos directos y el número de accionista no hacía más que crecer. De hecho, en 2016 decidieron poner a la venta la empresa por 1.000 millones de euros. La propuesta era conseguir un comprador que potenciara la presencia de Wallapop en todo el mundo. Sin embargo, la falta de facturación era todo un problema.

Para conseguir revertir la situación, desde 2016 se empezaron a poner en marcha una serie de medidas encaminadas a conseguir ingresos:

  • Pago por visibilidad. Se trata de un servicio premium con el que el vendedor podía destacar temporalmente sus productos del resto a cambio de un pequeño pago.
  • Wallapay. Se trata de un servicio de intermediación de pagos. La idea es facilitar la venta de productos a compradores distantes de los vendedores. Wallapop se lleva una pequeña comisión de cada pago
  • Wallapop Envíos. Se trata de un servicio de intermediación en los envíos. Para ello, llegaron a un acuerdo con Correos. Wallapop se lleva una pequeña comisión de cada envío.
  • Publicidad. Inserción de publicidad entre los resultados de búsqueda.
  • Wallapop Pro. Pensada para tiendas o profesionales. Supone, entre otros incentivos, situar sus productos de forma destacada y aumentar el límite máximo de productos que se pueden tener a la venta (en la versión gratuita son 200). Esta modalidad supone un pago mensual que depende del número de productos a la venta.

Aunque los ingresos por cada uno de los servicios de pago son pequeños, dada la gran cantidad de usuarios y transacciones que se producen cada día, a final de año se convierten en ingresos significativos.

Oficinas de Wallapop en Barcelona
Oficinas de Wallapop en Barcelona

Las pérdidas de 54 millones de euros en 2016 se redujeron a 35,9 en 2017. Ese año, Wallapop seguía siendo la app de anuncios de segunda mano más utilizada por los usuarios en España. Tenía más de de 40 millones de descargas, 8 millones de usuarios activos y 100 millones de subidas de productos. A pesar de eso, la valoración era de unos 560 millones de euros, lejos de los mil que pedían.

Agustín Gómez deja de dirigir la empresa

En verano de 2018, Letgo compraría por 189 millones de dólares la participación de Wallapop en la empresa conjunta que tenían en Estados Unidos. El acuerdo se selló después de que Letgo consiguiera cerrar una ronda de inversión por 500 millones de dólares. Se acabó la aventura americana, pero consiguieron una importante entrada de dinero. Repartieron 106 millones entre sus accionistas e hicieron una ampliación de capital de 23,4 millones de euros. Accel Partners pasó de tener el 17,48% del capital de la empresa, Insight el 15,33% y 14W el 10,35%.

A pesar de que eso supuso una importante entrada de capital, para todos ellos fue decepcionante. Soñaban con conquistar Estados Unidos, pero no pudo ser. Esto supuso un gran desengaño para Agustín Gómez. De pronto se convirtió en millonario, pero se le fue la ilusión.

2018 acabó siendo el único año que lograron dar beneficios. Declararon unas ganancias a final de año de 134.500 euros.

Los inversores hacía tiempo que tenían el control del Consejo de Administración de la empresa, así que en septiembre de 2019 llegaron a un acuerdo: Agustín Gómez pasaría a ser presidente no ejecutivo de la empresa y dejaría el puesto de Director General (CEO) de Wallapop a Rob Cassedy. Cassedy venía de ser el Director General de Ebay Kleinanzeigen en Berlín.

Rob Cassedy, nuevo CEO de Wallapop
Rob Cassedy, nuevo CEO de Wallapop

Agustín Gómez dijo posteriormente que, aparte de su cansancio personal, había una clara falta de alineación con los inversores. En cualquier caso, el cambio le parecía muy positivo para Wallapop. Gómez no se consideraba un buen gestor sino, más bien, un aportador de ideas. Para lo que se pretendía hacer, le parecía que Cassedy tenían un perfil mucho mejor que el suyo.

En una entrevista en Eldiario.es llegó a decir que, curiosamente, el inversor de capital riesgo busca invertir en cosas nuevas, en innovaciones; pero, una vez que ha puesto el dinero, lo que quiere es seguridad. A él le gusta crear cosas nuevas, pero le aburre la gestión.

En busca del unicornio

En 2019 siguió el aumento de ingresos. De hecho, para poder gestionar este crecimiento tuvieron que hacer crecer su plantilla de los 98 empleados en 2018 a los 150 en 2019. No solo aumentó el gasto de personal, sino también el de explotación y el de publicidad y relaciones públicas.

El aumento del gasto impidió que finalmente ese año pudieran dar beneficios. No obstante, en 2019 consiguieron aumentar los ingresos por la venta de sus servicios en España hasta los 16,5 millones de euros. El año anterior, con ingresos de 13,7 millones de euros había acabado con beneficios. En cualquier caso, los resultados a finales de 2019 eran esperanzadores.

El número de usuarios activos de Wallapop en 2020 era ya de 15 millones. Su facturación alcanzó los 24,7 millones de euros. Estaban centrados en el mercado español. Lejos quedaron sus ideas de internacionalización del pasado. Sin embargo, seguían dando pérdidas.

Decidieron ir más lejos. Para afianzar su posición en el mercado español, reforzar su tecnología, mejorar su logística y aumentar la presencia de pequeñas empresas en su plataforma, hicieron una nueva ronda de financiación en febrero de 2021. Al grupo de inversores se sumaron la francesa Korelya Capital y la tecnológica surcoreana Naver. Consiguieron 157 millones de euros. La valoración de la empresa se situó en 690 millones de euros.

Wallapop siguió creciendo en España y manteniendo el liderazgo. Tenían 15 millones de usuarios, cada día se publicaban unos 300.000 nuevos productos para la venta. La empresa ya no era la startup que empezaron dos amigos. Ese año Wallapop tenía más de 300 empleados (básicamente programadores, desarrolladores, analistas y personal del Centro de Asistencia).

Wallapop en Italia
Wallapop en Italia

En 2021 retomaron el camino de la internacionalización. Ese año llegaron al mercado italiano. Tras la consolidación de Wallapop Envíos, utilizada en España por en el 20% de las transacciones, esperan poder crear un mercado europeo (transfronterizo) de la compra/venta de objetos de segunda mano.

En el año 2022, la empresa por fin sería candidata a superar la valoración de los 1.000 millones de dólares. Por fin se convertirá en unicornio. Se les llama unicornio a las empresas con un valor superior a los mil millones de dólares.

Qué pasó con los fundadores de Wallapop

Lo cierto es que los ingresos obtenidos con Wallapop les hubiesen permitido a Agustín Gómez y a David Muñoz retirarse. Sin embargo, David Muñoz sigue siendo CTO de Wallapop. Por su parte, según manifestó Agustín, lo que a él le apetecía era dedicar tiempo a reflexionar sobre la vida. Incluso se apuntó a estudiar filosofía. Según dijo, le resultaba muy duro enfrentarse a pensar sobre quién eres y qué quieres hacer.

La vida le tendría una sorpresa a Agustín: un cáncer. «El cáncer fue la motivación que necesitaba para entender quién era y qué quería hacer. No le llamo enfermedad sino motivación. Era un linfoma de Hodgkin en estadio cuatro, o sea muy avanzado«. Tenía 39 años. «Me di cuenta que estaba confundido y que había estado buscando lo que ya tenía a mi lado«.

Cifras de Wallapop publicadas en distintos medios (no verificadas)
Cifras de Wallapop publicadas en distintos medios (no contrastadas)

Logró vencer el cáncer y, con cuarenta años, se dedicó a cuidar a sus hijos. Mientras estaba en quimioterapia, se le ocurrió la idea de montar una plataforma que pusiera en contacto a gente que necesitara ayuda con gente que la ofreciera. La idea no terminó de funcionar. Él dice que no sabe invertir, ni le gusta. Al final acabó yendo mucho en bici.

«Yo tengo mucho más dinero del que hubiera imaginado en mi vida, pero como nunca lo busqué, [en mi familia] optamos por seguir haciendo una vida normal«.

Agustín Gómez

Miguel Vicente y Gerard Olivé no pueden considerarse fundadores de Wallapop. Así lo reconoce el propio Agustín Gómez en una entrevista a El País en 2018. No obstante, jugaron un papel fundamental para que las aspiraciones de los fundadores se convirtieran en realidad. Ellos se involucraron personalmente en la gestión de Wallapop en sus comienzos. No solo profesionalizaron la gestión de la empresa, sino que fueron una pieza clave para las distintas rondas de financiación necesarias para la supervivencia de Wallapop. Hay que tener en cuenta que Wallapop no genera ingresos suficientes como para autofinanciarse, por lo que su futuro depende de las aportaciones de sus inversores. Estos inversores tienen la esperanza de que los ingresos de Wallapop aumenten en el futuro, lo que les permitirá ir recuperando su inversión en forma de reparto de beneficios o tras la venta de la empresa.

Miguel Vicente y Gerard Olivé son inversores y mentores en distintas empresas emergentes (startups) e ideas de negocios. El listado de proyectos en los que han participado es extenso. Por fortuna para el emprendimiento en España, siguen trabajando en ello.

Aunque Agustín Gómez dijo aquello de que el éxito de Wallapop es un 90% suerte y un 10% trabajo, no cabe duda de que también ha habido mucho talento detrás.

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