Esta es la historia de cómo dos ingenieros de Barcelona se propusieron crear una experiencia de recarga de vehículos eléctricos (VE) sencilla, inteligente y accesible para todos. Enric Asunción y Eduard Castañeda, unidos por su pasión por la innovación y la sostenibilidad, fundaron Wallbox en 2015. Veamos su historia.
Lo que comenzó como un modesto proyecto emprendedor, pronto se convirtió en una empresa en auge. La apuesta por la I+D y el diseño de vanguardia de Wallbox atrajo la atención de inversores visionarios que creyeron en su potencial. Con el apoyo financiero y estratégico de entidades como Iberdrola, Seaya Ventures o Volta Ventures, Wallbox vivió en constante expansión, consolidando su presencia en el mercado internacional.
La innovación ha sido el ADN de Wallbox desde sus inicios. La empresa no solo ha desarrollado cargadores de VE de alta calidad, sino que también ha creado un ecosistema digital inteligente que optimiza la experiencia de carga. Su plataforma de gestión de energía permite a los usuarios controlar y monitorizar su consumo, mientras que su aplicación móvil ofrece una experiencia de usuario sencilla e intuitiva.
Hoy en día, Wallbox se sitúa como uno de los líderes mundiales en el sector de la recarga de VE. Con presencia en más de 100 países y una plantilla de más de 700 empleados, la empresa sigue fiel a su compromiso original: hacer que la carga de un VE sea un algo simple. La historia de Wallbox es un ejemplo inspirador de cómo la innovación, el talento y la visión pueden transformar una idea en un referente global.
En este artículo, nos adentraremos en la historia de Wallbox, explorando sus orígenes, sus hitos más importantes y su visión para el futuro de la movilidad eléctrica. Descubriremos cómo esta empresa española ha conseguido conquistar el mercado internacional y se ha convertido en un agente clave en la transición hacia un mundo más sostenible.
En palabras de Enric Asunción, el cofundador y CEO de Wallbox “En última instancia, para que los vehículos eléctricos reemplacen por completo a los vehículos de combustión interna, debemos eliminar cualquier inconveniente asociado con la carga y ofrecer a las personas una experiencia perfecta, ya sea en casa o durante un viaje por carretera. Para ello, es esencial crear una red extensa y eficiente de cargadores residenciales, semipúblicos y públicos y esta será la contribución de Wallbox para crear un mundo más sostenible y que el consumidor sea más activo en la gestión de la energía que consume.”
Quién es Enric Asunción
Enric Asunción (Barcelona, 1985) estudió Ingeniería Industrial en la UPC (Universidad Politécnica de Cataluña). Su primer trabajo en 2009 fue en el Instituto de Informática y Robótica Industrial (IRI). Se trata de un centro de investigación conjunto que tienen el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas del gobierno español) y la UPC. Enric trabajó dos años en el laboratorio de pilas de combustible del IRI.
En 2011, Enric pasó a trabajar para Applus Idiada. Se trata de una empresa tarraconense de ingeniería de automoción que recientemente había creado una línea de trabajo para el desarrollo de cargadores de coches eléctricos. Durante tres años se ocupó en esta empresa del desarrollo de interfaces de cargadores para vehículos eléctricos.
Los trabajos anteriores le dieron el currículo necesario para que en 2014 lo contrata Tesla como responsable del programa de cargadores domésticos. Se mudó a las oficinas de esta empresa en Holanda. Según explicó en una entrevista al periódico La Vanguardia: “mi responsabilidad era asegurarme de que un cliente no deja de comprar un coche eléctrico por culpa de la carga: eso implica que cargar el vehículo resulte igual de fácil que cargar un móvil, y que el equipo de ventas sepa explicarlo; que haya instaladores disponibles; que las incidencias se puedan resolver rápido y en remoto”.
Desgraciadamente, en 2015 sufrió una abrupta ruptura sentimental que le dejó tan hundido que la mejor solución que encontró fue volverse a Barcelona para que su familia y amigos le ayudaran a recomponerse. A la postre, esto acabaría dándole el tiempo suficiente como para engendrar una idea de emprendimiento.
Enric conocía todas las soluciones de cargadores y de coches eléctricos de la época y no le parecía que ninguna solucionase adecuadamente el problema de la carga. Según Enric: “No tiene sentido hablarle a un cliente de qué potencia tiene en casa, de kilovatios o de amperios”.
Su reencuentro con Eduard Castañeda
En 2015, el día de su 30 cumpleaños, Enric fue a la boda de un amigo suyo. Allí se reencontró con Eduard Castañeda. Ellos se conocía porque los dos estudiaron ingeniería en la UPC. Según Eduard, «Nos encontramos el primer día de carrera. Nos hicimos amigos y siempre dejamos la puerta abierta a tener un proyecto en común«. También coincidieron en el proyecto de hibridación de vehículos con pilas de combustible de hidrógeno. Eduard se quedó trabajando en el CSIC en estos temas cuando Enric pasó a la empresa privada.
El hecho es que estos dos apasionados del vehículo eléctrico se enfrascaron en una intensa conversación sobre la problemática de la carga de estos coches. Empezaron a hablar sobre el tema a las 3 de la tarde y no pararon hasta la madrugada. Coincidían en el hecho de que los fabricantes de coches eléctricos del momento estaban muy orientados a crear puntos de carga públicos, por las carreteras y autopistas, sin prestar atención a la carga en el hogar. Sin embargo, ellos imaginaron que la carga privada tendría una gran relevancia en el futuro.
En resumen, se dieron cuenta que no existían soluciones óptimas y se propusieron crear el producto que las satisficiera. Enric recordaría en una entrevista posterior aquel momento: “El día de mi 30 cumpleaños coincidí en una boda con Eduard Castañeda y nos planteamos si era posible hacer el mejor cargador del mundo ¿Y por qué no?”.
A ambos les pareció que ese era el momento de emprender.
La creación de Wallbox
Tres meses más tarde crearon la empresa Wallbox. La idea era construir un dispositivo de carga de coche eléctrico especialmente pensado para el hogar. Además, debía ser un dispositivo diferenciador, un equipo que llamase la atención frente a los equipos simples que existían en el mercado en ese momento.
En septiembre de 2015 sacaron el prototipo de su primer cargador: el Wallbox Comander. Se trataba de un dispositivo ambicioso tecnológicamente, con conexión a internet por wifi y pantalla en la que el usuario podía consultar todo tipo de información sobre la carga.
Con este prototipo, empezaron a buscar financiación por el ecosistema emprendedor de Barcelona. Sabían que hay inversores especializados en invertir capital justo en el momento de desarrollo de la idea. Es lo que se conoce como capital semilla. Estos fondos de capital riesgo ayudan a crear un modelo de negocio viable y aportan su experiencia y contactos para que se logren los objetivos.
Ellos consiguieron una primera ronda de financiación de capital semilla de 300.000 euros. Además, lograron el asesoramiento del publicista Juan Campmany (DDB España), quien les ayudó con la estrategia comercial. Por otro lado, también contaron con la ayuda de Josep María Tarragó Pujol (presidente de Carbures Europe, con sede en El Puerto de Santa María, Cádiz), quien les asesoró en las decisiones industriales (fabricación del producto).
El Wallbox Comander se lanzaría comercialmente en marzo de 2016. Para completar su cartera de productos, vieron que era necesario complementar este equipo avanzado con un equipo más simple, compacto y económico. En julio de 2016 sacaron su modelo Wallbox Pulsar. Enric recordaría: “Dedicamos el primer año a desarrollar los dos primeros productos: un cargador avanzado, con pantalla y wifi, y otro más básico con bluetooth para gestionar desde el móvil”.
El cargador Pulsar, del que luego crearían una segunda versión (Pulsar Plus), ofrecía una carga inteligente del vehículo con una gran variedad de opciones gracias a la app myWallbox con la que se podía conectar por wifi o bluetooth.
Desarrollo tecnológico de Wallbox
Ellos eran conscientes de que se habían metido en un mercado donde, si querían sobrevivir, tenían que ser fuertes en innovación. El siguiente paso fue ir un poco más allá del garaje individual y crear un dispositivo de carga que pudiese ser compartido por varios usuarios. En aparcamientos compartidos (como oficina o edificios de viviendas) podría ser interesante instalar un punto de carga que pueden utilizar varios usuarios.
En octubre de 2017, se lanzó el cargador Wallbox Copper, diseñado para uso comercial y semipúblico. Este dispositivo incluye la funcionalidad de tarjetas RFID para la identificación de usuarios. Además, a través de la aplicación myWallbox, los usuarios pueden monitorear el estado de la carga y su consumo, entre otras funcionalidades. El administrador del cargador también puede hacer seguimiento de sus usuarios y gestionar la distribución de la potencia de carga entre los diferentes puntos de carga.
Como la app myWallbox estaba teniendo cada vez más relevancia, en noviembre de 2017, crearon un equipo de personas especialmente dedicados al mantenimiento y desarrollo de esta app. También crearon una oficina en Madrid para gestionar el servicio técnico.
Se dieron cuenta que no siempre había una pared sobre la que instalar el punto de carga. Para solucionar el problema, en abril de 2018 sacaron un pedestal al que llamaron Onyx. Se trata de un poste robusto y estético sobre el que se puede instalar uno o dos cargadores de tipo Commander o Copper.
A estas alturas es posible que piense que ya no se puede hacer mucho más con un cargador de coche eléctrico para el hogar. Sin embargo, Wallbox fue un paso más allá. En 2020 lanzaron un cargador bidireccional al que llamaron Quasar. La idea era utilizar la batería del coche como almacenamiento de energía del hogar. Por ejemplo, se puede almacenar electricidad de las placas solares durante el día y consumirla de la batería del coche por la noche. Si no se tiene placas solares, se puede almacenar energía cuando el precio de la electricidad es muy bajo (normalmente de madrugada) y consumirla durante el día.
Quasar es el primer cargador bidireccional del mundo y permite cargar y descargar el vehículo eléctrico para alimentar la vivienda con la batería del vehículo. Una batería estándar de VE puede suministrar la energía eléctrica que consume la vivienda durante dos días.
Hasta el 2020 no se estaba seguro si el coche eléctrico se iba a implantar o no. A partir de ese año, la pregunta era más bien cuándo se implantaría y en 2024 se está involucrado en el cómo.
Wallbox en vía pública
Después de completar su catálogo de cargadores privados, en 2020 Wallbox da el paso para ofrecer también cargadores en vía pública. En septiembre de 2020 comprará Electromaps, del que hablaremos más adelante y un mes más tarde, en octubre de 2020, presentaron su primer prototipo funcional de punto de carga para la vía pública: Wallbox Supernova.
Supernova no es solo un punto de carga de alta potencia (hasta 150 Kwh), sino una solución integrada que permite gestionar distintos puntos de carga distribuyendo la potencia máxima de la instalación entre todos ellos de una forma inteligente.
Un año más tarde, en la feria IAA MOBILITY de Múnich de septiembre de 2021, anunciaron su cargador Hypernova. Se trata de un cargador público con una potencia de hasta 350 Kwh. Enric Asunción comentaría durante el evento que «Este cargador podría cargar completamente un vehículo eléctrico en menos de 15 minutos«.
La compra de Electromaps
En los primeros tiempos de los vehículos eléctricos, los propietarios no sabían dónde estaban situados los puntos de carga públicos. Era imposible hacer viajes de larga distancia porque no se tenía garantía de poder cargar la batería por el camino. Para resolverlo, se empezaron a crear mapas donde los propios usuarios compartían la posición de los puntos de carga públicos y sus características (número de cargadores, potencia, disponibilidad, etc.).
En ese contexto, en el año 2009, los barceloneses Xavier Cañadell y Jordi Rodríguez crearon la web Electromaps.com. En el año 2011 crearon una app, lo que le facilitaba a los usuarios la actualización de la información de los puntos de carga en tiempo real.
Por aquel entonces, distintos operadores empezaron a desplegar su propia red de puntos de carga. Para utilizar cualquiera de estos puntos, era necesario disponer de la app del proveedor correspondiente. En 2015, Electromaps conectó su aplicación con las distintas redes de puntos de carga, permitiendo a los usuarios pagar la carga directamente desde Electromaps, sin necesidad de tener las aplicaciones de cada proveedor.
A partir del año 2016 empiezan a abrir la aplicación a otros mercados y crecer en varios países del entorno. Por otro lado, en 2019 lanzaron un sistema que permitía una mayor integración de Electromaps con las distintas redes de cargadores.
En ese tiempo, Wallbox estaba desarrollando una estrategia para dar el salto a la carga pública. Esto dio paso a que en septiembre de 2020 Wallbox comprara Electromaps. Como hemos visto, posteriormente anunciaría sus cargadores de vía pública conocidos como Supernova e Hypernova.
A pesar de que Electromaps continúa siendo una marca independiente, ha facilitado a Wallbox la creación de un ecosistema completo para la carga de vehículos eléctricos.
Electromaps cuenta con más de 100.000 usuarios y dispone de una base de datos de más de 120.000 puntos de carga en 120 países. Sólo en la península ibérica dispone de más de 5.000 ubicaciones. De hecho, es la app líder en el sur de Europa (España, Italia y Portugal).
Financiación de los primeros años
Diseñar, desarrollar y fabricar productos nuevos con estas características no es una tarea fácil ni económica. Muchas empresas tienen la suerte de financiar su crecimiento con las ventas. Sin embargo, el mercado de puntos de carga de VE era muy limitado y no generaba suficientes ingresos. Así que lo único que podían hacer es vender las expectativas de crecimiento.
Si tienes poco dinero y muchas expectativas, el camino adecuado es buscar capital riesgo. Wallbox se había puesto en marcha en 2015 con una inversión inicial de 300.000 euros. Habían hecho las cosas bien, eran pioneros y habían logrado llamar la atención del mercado.
En el verano de 2016, después de sacar al mercado su modelo Pulsar, volvieron a buscar una financiación que les permitiera seguir creciendo. Consiguieron 750.000 euros, entre otros, de la familia Soler, dueña de Quadis, el principal concesionarios de coches de Cataluña. En 2017, dos años después de su lanzamiento, se habían convertido en una empresa con casi cincuenta empleados y una facturación de dos millones de euros.
Ese no era el momento de acomodarse, así que en mayo de 2017 hicieron una nueva ronda de financiación mucho más ambiciosa. Consiguieron 1,7 millones de euros de Anangu Grup, un fondo de inversión familiar (family office) de la familia Santacana (dueños de Eurofred.com) y de MoraBanc, un banco andorrano que gestiona inversiones y patrimonios familiares, además de otra aportaciones bancarias menores.
El resultado es que en tres años habían conseguido pasar de ser una startup a convertirse en un competidor prometedor en el sector. Según explicó Enric Asunción en una entrevista con Business Insider España, de su paso por Tesla se llevó tres claves: la ambición en los objetivos, la búsqueda de los mejores para cada puesto y la velocidad en la innovación como clave para enfrentarse a grandes compañías. «Para mí fue un aprendizaje clave«, afirmaría.
En tres años habían conseguido pasar de ser una startup a convertirse en un competidor prometedor en el sector
Buenas expectativas del mercado de cargadores
El mercado de cargadores de coches eléctricos estaba dominado por grandes grupos multinacionales como Schneider, ABB, la belga EVBox o la alemana Menekes. El objetivo de los fundadores de Wallbox no era convertirse en uno de los grandes, sino el de ofrecer el mejor producto. “No queremos ser los más grandes, pero sí los mejores”, diría Enric.
Enric ejercía de Gerente General o CEO (Chief Executive Officer) y Eduard de jefe de producto o CPO (Chief Product Officer). Se esforzaron en desarrollar un hardware moderno, conectado a internet y con actualizaciones permanentes. Crearon una fábrica que ocupaba 2.200 metros cuadrados en Sant Andreu de la Barca (Barcelona). Allí ensamblaban los cargadores con componentes procedentes de China, Alemania y España.
En 2017, su plan de negocios se estaba desarrollando de acuerdo a lo planificado y para el siguiente año, 2018, pensaban triplicar las ventas. Estaban a punto de abrir una oficina en Alemania y mantenían contactos para vender en China e India. Esto los llenó de optimismo. Enric afirmaría en aquel tiempo: “El mercado crece muy rápido, hay que innovar continuamente. Ni nos podemos imaginar el crecimiento que viene en los próximos años, y queremos ser líderes tecnológicos”.
En aquel tiempo, varios fabricantes de automóviles anunciaron inversiones significativas en el desarrollo y fabricación de vehículos eléctricos: Toyota anunció en 2017 una inversión de 10.000 millones de dólares en vehículos eléctricos; en 2018, el grupo Stellantis (Fiat, Peugeot, Citroën, etc.) anunció un plan de inversión de 30.000 millones de euros en electrificación y en 2019 Volkswagen presentó su ID.3.
Con ese panorama, en 2018 Wallbox se atrevió a dar un gran salto y empezó a fabricar en China gracias a una alianza (una joint venture) con Changchun Fawsn Group Co Ltd. Fruto de este acuerdo nace una nueva empresa, Wallbox FAWSN Charging Systems Co Ltd, con base en una nueva planta productiva en Suzhou (a 100 km de Shanghai).
Todo esto despertó el interés de los grandes fondos de capital riesgo. En junio de 2019, una ronda de financiación liderada por la multinacional eléctrica española Iberdrola le aportó 15 millones de euros a Wallbox. En diciembre de ese año, se incorporó el fondo de capital riesgo español Seaya Ventures con 2 millones de euros adicionales. Como curiosidad, Seaya estaba dirigida por Beatriz González, hija de Francisco González, expresidente de BBVA, y la energética estaba presidida por Ignacio Sánchez Galán.
Despliegue internacional
Wallbox estaba desarrollando su primer dispositivo de carga pública, Supernova, y tenía ambiciosos planes de expansión. En marzo de 2020, la empresa recaudó 23 millones adicionales de Seaya Ventures, Iberdrola y Endeavor Catalyst. Durante ese año, recibió una nueva inversión de 33 millones de Cathay Innovation, Wind Ventures y la familia Riberas, propietaria de Gestamp, el principal fabricante de componentes automotrices de España.
Estas aportaciones estaban destinadas, básicamente, al crecimiento de la empresa. Esto es, impulsar su posición en el mercado español, asentarse en los países donde ya había desembarcado y permitir la expansión a nuevos mercados. Esto suponía también la ampliación de sus instalaciones de fabricación e I+D.
En 2020 duplicó sus ventas apoyado principalmente en los países nórdicos. Para esa fecha contaba con dos plantas de fabricación, una en Sant Andreo de la Barca (Barcelona) y otra en China (en Suzhou) orientada al mercado asiático. A principios de 2021 alcanzó un acuerdo para construir su tercera fábrica en la Zona Franca de Barcelona.
El punto de equilibrio o break even es el momento en el que los ingresos y los costes son iguales. Es decir, a partir de ese punto, se espera que la empresa comience a obtener beneficios. Lo cierto es que los resultados de Wallbox fueron siempre muy buenos, incluso en plena pandemia de Covid. No obstante, años después de su fundación, todavía estaba lejos de su punto de equilibrio. La empresa estaba inmersa en un crecimiento continuo pagado por la entrada de nuevos inversores.
Cuando Wallbox comenzó a cotizar en la Bolsa de Nueva York el 4 de octubre de 2021, la empresa se valoró en 1500 millones de dólares, lo que la convirtió en el nuevo unicornio español y situó a sus fundadores entre los hombres más ricos de España.
A la conquista de Estados Unidos
En marzo de 2021, Wallbox confirmó el acuerdo para cotizar en el mercado tecnológico Nasdaq (Estados Unidos) mediante una SPAC (Special Purpose Acquisition). Para ello, según la documentación remitida a la SEC (Securities Exchange Commission) de Estados Unidos (la CNMV americana), Wallbox proyectaba que en 2025 facturaría más de mil millones de euros a nivel mundial. En la presentación de su plan de negocio de 2021, elaborado con la ayuda de UBS y Barclays, Wallbox preveía un crecimiento superior al de Tesla, , tanto en ingresos como en margen bruto.
Cuando Wallbox comenzó a cotizar en la Bolsa de Nueva York el 4 de octubre de 2021, bajo el símbolo WBX, la empresa se valoró en 1500 millones de dólares (aproximadamente 1300 millones de euros). Esto la convirtió en el nuevo unicornio español y situó a sus fundadores entre los hombres más ricos de España. La revista Forbes clasificó a Enric Asunción en el puesto 82 de esta lista, con una fortuna estimada en 325 millones de euros. En ese momento, Enric poseía un 11,57% del valor de la compañía a través de Kariega Ventures. Para ese año, Wallbox preveía cerrar con una facturación de 68 millones de euros.
En 2021 la empresa contaba con más de 700 empleados en sus oficinas de Europa, Asia y América.
En octubre de 2022, Wallbox inauguró oficialmente su primera planta de producción en Estados Unidos, ubicada en Arlington, Texas, con más de 12.000 metros cuadrados. La fábrica produce todos los modelos de cargadores de la empresa, incluyendo los destinados a uso residencial, carga bidireccional y puntos de carga pública.
La sede norteamericana de Wallbox se fijó en Mountain View, California, con almacenes en Carolina del Norte para la costa este y en Bloomington, California, para la costa oeste. Douglas Alfaro era el gerente general de esta empresa.
Cómo continua la historia de Wallbox
Gracias a las constantes aportaciones de capital de sus distintos inversores, Wallbox ha podido desarrollar nuevos productos e introducirse en nuevos mercados hasta estar presentes en más de 100 países de los cinco continentes.
Actualmente tiene sedes en Madrid y Barcelona, oficinas en las principales ciudades europeas, otra oficina en California para operar en los mercados norteamericanos, así como en Shanghai y Suzhou (China). Cuenta con cuatro plantas de producción (dos en España, Sant Andreu de la Barca y Zona Franca de Barcelona, China y Texas, Estados Unidos). Esto le da una capacidad de producción que puede superar el millón de cargadores al año, si fuese necesario.
Sigue teniendo un gran compromiso con la innovación. Prueba de ello es que destina el 50% de sus gastos fijos a I+D. Actualmente, cuenta con dos laboratorios de I+D en Barcelona, un laboratorio de pruebas en Estados Unidos y más de 100 ingenieros enfocados a desarrollar nuevos proyectos y soluciones para los retos de la industria energética a nivel global.
Con todo lo anterior, Wallbox ha registrado una diversidad de patentes de tecnología puntera y propia que ha sido reconocida a nivel mundial. Asimismo, tiene acuerdos con las principales marcas mundiales de automoción como Nissan, Mitsubishi, Hyundai, Kia, Smart, Mercedes-Benz, Seat, Jaguar, Land Rover y BMW, además de con las compañías energéticas Iberdrola, Scottish Power y Octopus Energy en España y Reino Unido.
A pesar de todo lo anterior, su futuro no está exento de retos. Aunque en noviembre de 2021 la empresa llegó a valer 3.000 millones de dólares (18 dólares por acción), en 2024 no había conseguido todavía cerrar un solo ejercicio con beneficios. Quizás la introducción del vehículo eléctrico no se esté produciendo al ritmo que Wallbox esperaba. En cualquier caso, todos confiamos en que las circunstancias y sus propias habilidades hagan posible que Wallbox siga jugando un papel protagonista en la lucha por la sostenibilidad del planeta.
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En este artículo se ha abordado la historia de Wallbox de una forma resumida. El emprendimiento es un tema apasionante que da para muchas historias. Si busca inspiración o simplemente le interesan estos temas, en este blog se dispone de otras muchas historias de éxito emprendedor, así como muchos otros contenidos relacionados. Por favor, utilice el buscador de contenidos que tenemos en la cabecera.
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