¿Alguna vez te has preguntado de qué está hecho todo lo que nos rodea? ¿O cómo funcionan las cosas más pequeñas que existen en el universo? Pues bien, aquí lo explicamos en un viaje fascinante al mundo de lo muy, muy pequeño. Hablamos de la física cuántica para principiantes, una aventura mágica donde se explora el maravilloso mundo de lo diminuto.
Imagina que eres un explorador que se hace cada vez más pequeño, tan pequeño que puedes ver los átomos y las partículas que forman todo lo que existe. En este mundo diminuto, las cosas se comportan de maneras sorprendentes y a veces difíciles de entender. La física cuántica es la rama de la física que explora el comportamiento de la materia y la energía a nivel atómico y subatómico.
En este artículo, nos embarcaremos en una aventura para descubrir los principios fundamentales de la física cuántica. Exploraremos conceptos como la dualidad onda-partícula, el principio de incertidumbre, la superposición cuántica y el entrelazamiento, conceptos que nos harán cuestionar todo lo que creíamos saber sobre la realidad. Dicho de otra forma, en el mundo de lo muy pequeño, las partículas pueden estar en dos lugares a la vez, donde la luz se comporta como una onda y como una partícula, y donde los gatos pueden estar vivos y muertos al mismo tiempo.
También descubriremos que la física cuántica no solo es una teoría científica compleja, sino que también tiene aplicaciones prácticas que podrían revolucionar diversos campos, desde la medicina hasta la computación. Abramos nuestras mentes y exploremos este maravilloso mundo de lo muy pequeño, donde la realidad supera la ficción y la ciencia nos lleva a los confines de lo posible.
Qué es la física cuántica
Imaginemos que tenemos una lupa mágica que nos permite ver cosas cada vez más pequeñas. Primero vemos cosas del tamaño de una hormiga, luego del de una célula, y así sucesivamente hasta llegar a ver los átomos o, incluso, partículas aún más diminutas. La física cuántica es como esa lupa mágica: es la ciencia que estudia cómo se comportan las cosas más pequeñas del universo.
Pero, ¿por qué es tan importante? Pues resulta que todo lo que nos rodea, desde las estrellas en el cielo hasta la fruta que nos comemos, está hecho de estas partículas diminutas. Entender cómo funcionan nos ayuda a comprender mejor el funcionamiento de la materia y, gracias a ello, mejorar tecnologías como la de los teléfonos móviles o las tecnologías medicas que nos curan.
Se podría pensar que la física de lo pequeño es como la física de lo grande, pero a otra escala. Sin embargo, lo cierto es que las reglas que regulan la realidad de lo muy pequeño son muy distintas a las reglas que regula la realidad que estamos acostumbrados de ver a nuestro alrededor.
La física de lo muy pequeño es como un viaje al país de las maravillas de Alicia. Es como si entráramos a un parque de diversiones donde todo está al revés: los objetos pueden estar en dos lugares al mismo tiempo, desaparecer y reaparecer, e incluso conectarse mágicamente a grandes distancias. ¡Nada funciona como en nuestro mundo normal!.
Vamos a describir la física cuántica, no hablando de teorías, sino simplemente describiendo lo que los científicos han podido observar hasta el momento. A partir de ahí, que cada uno lo interprete como crea conveniente.
Los componentes fundamentales del universo
En la antigüedad se pensaba que todo estaba compuesto por cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire. Sin embargo, hoy sabemos que existen 118 elementos químicos, todos formados por átomos. Estos elementos son los componentes básicos con los que se forma toda la materia y energía del universo.
Por tanto, el elemento principal del universo son los átomos. Todo lo que podemos ver, tocar o sentir está hecho de átomos. Aunque los átomos son tan pequeños que ni siquiera el microscopio más potente puede verlos claramente, existen elementos todavía más pequeños. De hecho, cada átomo tiene las siguientes partes principales:
- El núcleo: Es como el corazón del átomo, donde se concentra casi toda su masa.
- Los protones: Son partículas con carga positiva que viven en el núcleo.
- Los neutrones: También viven en el núcleo, pero no tienen carga eléctrica.
- Los electrones: Son partículas muy pequeñas con carga negativa que giran alrededor del núcleo, como planetas alrededor del sol.
Pero la historia no termina aquí. Resulta que los protones y neutrones están hechos de algo aún más pequeño: los quarks. Los quarks son los elementos más pequeños que existen. Son las verdaderas piezas de Lego del universo. Por si esto fuera poco, no hay un solo tipo de quarks, sino que existen seis tipos conocidos con nombres tan divertidos como arriba (up, u), abajo (down, d), encanto (charm, c), extraño (strange, s), cima (top, t) y fondo (bottom, b).
Si tiene curiosidad, hagamos un paréntesis que puede obviar, si lo desea, los quarks nunca se encuentran aislados, sino que se agrupan en tríadas (bariones) o en pares quark-antiquark (mesones) para formar partículas compuestas llamadas hadrones. En cualquier caso, el hecho es que los distintos tipos de quarks se unen de una forma particular para crear los protones y neutrones.
Una vez llegados al mundo de lo más pequeño, lo realmente fascinante es comprobar que en el mundo de los quarks, las reglas de la física son realmente extrañas. Estamos acostumbrados a interpretar lo que nos rodea de acuerdo a unas leyes físicas clásicas (también conocida como física de Newton). Sin embargo, estas leyes no son aplicables en el mundo del quarks.
Todo parece indicar que, el entender el funcionamiento de estas partículas tan pequeñas nos ayudará a comprender cómo funciona todo en el universo, desde las estrellas gigantes hasta los átomos en nuestro cuerpo. Es algo así como descifrar el código secreto de la naturaleza.
Veamos a continuación en qué consiste ese comportamiento extraño.
Ondas y partículas: Las dos caras de la materia
Empecemos por algo sencillo. Por ejemplo, en nuestro mundo humano, todo lo que nos rodea tiene uno de estos comportamientos:
- Comportamiento de partícula. Los objetos son partículas sólidas que pueden moverse por el aire. Por ejemplo, una pelota o una canica son objetos. Las partículas tienen una posición definida en el espacio y pueden colisionar con otras partículas de manera similar a como lo hacen dos bolas de billar. Si lanzamos una partícula contra una pared, chocará, a menos que encuentre un hueco por el que pasar que tenga un tamaño mayor que el suyo.
- Comportamiento de onda. A nuestro alrededor podemos ver que también existen ondas, como la luz, el sonido o las olas del mar. Una onda de luz puede atravesar una pared, un cristal, aunque no exista un hueco físico por el que pasar. La interferencia o la difracción son características típicas de las ondas. Las ondas se propagan sin chocar. Las ondas pueden extenderse y ocupar múltiples posiciones simultáneamente.
En el mundo de nuestro tamaño, una onda o una partícula son comportamientos distintos. Las partículas pueden chocar entre ella y no atraviesan objetos. Las ondas atraviesan objetos, se interfieren, pero no chocan entre ellas. Estos dos comportamientos son mutuamente excluyentes.
Si hacemos experimentos con cualquier objeto de nuestro tamaño, nunca podemos observar ambos comportamientos simultáneamente. Si hacemos experimentos con bolas de billar, sabemos que chocaran entre ellas y no atravesaran otros objetos. Por el contrario, si trabajamos con ondas de agua en un estanque, sabemos que ponerles un palo no las detendrá. Una vez más, o trabajamos con objetos que se comportan como partículas o trabajamos con objetos que se comportan como ondas.
Pues bien, en el mundo cuántico ¡las cosas pueden tener ambos comportamientos a la vez!. Esto es lo que se conoce como dualidad onda-partícula, y es una de las ideas más alucinantes de la física cuántica. Significa que las partículas muy pequeñas, como los electrones o los fotones, a veces se comportan como ondas y otras veces como partículas. Es como si un mismo objeto pudiera ser una pelota y un haz de luz al mismo tiempo. ¡Increíble!
¿Cómo se ha llegado a esta conclusión?. Los científicos hicieron un experimento muy famoso llamado el experimento de la doble rendija. Imagina que tienes una pared con dos rendijas (como dos ventanas muy estrechas) y lanzas pelotas contra ella. Las pelotas que no chocan contra la pared pasarán por una rendija o por la otra, ¿correcto?. Sin embargo, si lanzamos una onda, cuando se encuentra varias rendijas, pasará por ellas y se reconstruirá al otro lado.
Pues bien, cuando hacemos esto mismo con partículas muy pequeñas ocurren cosas extrañas. Experimentos con la doble rendija muestran que las partículas pequeñas pueden interferir consigo mismas, como las ondas en un estanque. Es como si cada partícula pasara por ambas rendijas al mismo tiempo (se duplicara) y luego «chocara» consigo misma al otro lado. Este comportamiento es tan extraño que incluso los científicos más inteligentes todavía se rascan la cabeza tratando de entenderlo completamente.
Dicho de otra forma, ¡resulta que hay partículas que pasan por las dos rendijas a la vez! o, elementos que en unos experimentos se comportan claramente como partículas, en otros experimentos se comporta como ondas.
La dualidad onda-partícula es uno de los conceptos fundamentales y más desconcertantes de la física cuántica. En esencia, establece que todas las entidades cuánticas (como electrones, fotones, átomos, etc.) exhiben propiedades tanto de ondas como de partículas, dependiendo de cómo se observen o midan.
Saltos cuánticos y niveles de energía
Sigamos observando el mundo de lo muy pequeño. ¿Alguna vez has visto fuegos artificiales? Cada color que vemos es en realidad el resultado de un «salto cuántico». Suena como algo de una película de ciencia ficción, pero es algo que ocurre todo el tiempo a nuestro alrededor.
En un átomo, los electrones giran alrededor del núcleo en diferentes «niveles» o «capas». Cada nivel tiene una cantidad específica de energía. Normalmente, los electrones se quedan en su nivel, como un espectador sentado en las gradas de un estadio.
Pero a veces, un electrón puede «saltar» a un nivel más alto si recibe energía extra, como si el espectador saltara a una grada más alta. Después, cuando el electrón vuelve a su nivel original, libera esa energía extra en forma de luz. ¡Es como si el espectador volviera a su asiento lanzando confeti!
Parecerá raro, pero estos saltos cuánticos son la razón por la que brillan las estrellas. En el interior de las estrellas hay tantos átomos y tanta energía que los electrones están constantemente saltando y cayendo, liberando luz en el proceso. Es como si hubiera fuegos artificiales todo el tiempo dentro de cada estrella.
Lo fascinante, lo curioso en el mundo de lo muy pequeño, es que estos saltos ocurren de forma instantánea. El electrón no viaja de un nivel a otro, simplemente desaparece de un nivel y aparece en el otro. ¡Es como una teletransportación en miniatura!
En resumen, los electrones (u otras partículas) pueden realizar una transición abrupta de un nivel de energía a otro. Estos saltos ocurren de manera instantánea, sin estados intermedios e implican la absorción o emisión de un fotón (partícula de luz) con una energía específica. Los saltos cuánticos y los niveles de energía son conceptos cruciales que explican cómo la materia interactúa con la energía a nivel atómico y subatómico.
Los saltos cuánticos han sido descubiertos por observación y, no solo forman parte de los principios fundamentales del mundo cuántico, sino que han sido utilizados para desarrollar aplicaciones prácticas. Por ejemplo, los láseres funcionan mediante la estimulación de saltos cuánticos específicos o la luz emitida por un LED es el resultado de saltos cuánticos en materiales semiconductores.
El principio de incertidumbre: cuando no podemos saberlo todo
Imagina que estás jugando al escondite en una habitación oscura. Puedes oír dónde está tu amigo, pero no puedes verlo exactamente. O puedes encender la luz para verlo, pero, en ese momento, el amigo se moverá rápidamente a otro lugar para que no lo veas. En el mundo cuántico pasa algo parecido, y esto se llama el principio de incertidumbre de Heisenberg.
Este principio nos dice que hay ciertas cosas sobre las partículas que no podemos saber con total precisión al mismo tiempo. Por ejemplo, cuanto más exactamente sabemos dónde está una partícula, más impreciso se vuelve nuestro conocimiento sobre su velocidad, y viceversa. No es una limitación de nuestros instrumentos, sino una característica fundamental de la naturaleza a nivel cuántico. Es como si el universo nos dijera: «¡Eh, no puedes saberlo todo!»
¿Por qué es importante esto? Pues resulta que en el mundo cuántico, el simple hecho de observar algo lo cambia. Como el mundo cuántico es tan pequeño, la única manera de observar, de medir cualquier propiedad de una partícula, es abordándola con algún tipo de interferencia. Esto es, la simple medición modifica, aunque sea levemente, sus circunstancias.
Dicho de una forma más coloquial, es como si al mirar a tu amigo en el juego del escondite, él se moviera automáticamente a otro lugar. Esto significa que hay un límite fundamental de lo que podemos conocer sobre el universo a nivel muy pequeño.
Este principio nos hace pensar que el universo tiene incorporado un elemento de azar y de misterio. No importa lo listos que seamos o lo buenos que sean nuestros instrumentos, siempre habrá cosas que no podremos predecir con total certeza en el mundo cuántico.
El principio de incertidumbre de Heisenberg lo formuló el físico alemán Werner Heisenberg en 1927. Establece que es imposible medir simultáneamente y con precisión absoluta ciertos pares de propiedades físicas de una partícula, como su posición y su velocidad (en realidad habla de su momento, que es masa multiplicada por velocidad). El simple hecho de observar una, modifica la otra.
Entrelazamiento cuántico: conexiones mágicas a distancia
Otra de las cosas realmente alucinantes observadas en el mundo de lo muy pequeño es el entrelazamiento cuántico. Imaginemos que tenemos dos monedas mágicas. Cuando lanzamos una al aire, la otra siempre cae del lado opuesto, no importa lo lejos que estén una de la otra. ¡Incluso si una está en la Tierra y la otra en Marte! Esto es más o menos lo que ocurre con las partículas cuánticas entrelazadas.
Cuando dos partículas están entrelazadas, existe una conexión muy especial entre ellas. Si haces algo a una, la otra reacciona instantáneamente, sin importar la distancia que las separe. Einstein llamó a esto «acción fantasmal a distancia» (spooky action at a distance) porque le parecía imposible. Parecía violar la teoría de la relatividad especial al implicar una comunicación más rápida que la luz. Pensaba que debía haber alguna explicación «normal», pero resulta que el universo es aún más extraño de lo que él creía.
Se han hecho numerosos experimentos que han confirmado la realidad del entrelazamiento cuántico. Se ha comprobado que las partículas pueden tener entrelazadas propiedades como la polarización o el momento (velocidad). De hecho, se pueden crear partículas cuánticas entrelazadas, por ejemplo, cuando una partícula se desintegra en dos partículas hijas, o mediante interacciones específicas entre partículas. De igual manera, este entrelazamiento es muy sensible al entorno y puede romperse fácilmente por interacciones con el mundo exterior. Este proceso de desconexión se llama decoherencia.
El entrelazamiento cuántico es tan raro que los científicos todavía están tratando de entender cómo funciona exactamente. Esto no quita para que se esté experimentando para crear nuevas tecnologías, como la criptografía cuántica, la computación cuántica o la llamada teletransportación cuántica. Por ejemplo, imaginemos que se desarrolla una forma súper segura de enviar mensajes secretos.
En resumen, el entrelazamiento cuántico es un fenómeno en el que las partículas cuánticas se conectan de una manera que desafía nuestra comprensión clásica del espacio y el tiempo. Implica correlaciones a larga distancia entre partículas que no pueden explicarse por la física clásica. Aunque parece violar nuestras intuiciones sobre cómo debería funcionar el mundo, ha sido confirmado experimentalmente y tiene aplicaciones prácticas en tecnologías emergentes.
El entrelazamiento sigue siendo un área activa de investigación y debate en física, con implicaciones profundas para nuestra comprensión del universo. Por ejemplo, nos hace plantearnos preguntas profundas sobre la naturaleza de la realidad, la causalidad y la conexión fundamental entre todas las cosas en el universo.
Aplicaciones sorprendentes de la física cuántica
Como hemos visto, el mundo de lo muy pequeño es realmente extraño para los humanos. Las leyes físicas que lo describen están muy lejos de la física clásica a la que estamos acostumbrados. Se trata de un mundo misterioso que no podemos intuir. Por ahora, los científicos siguen centrados en explorarlo y experimentar con él para, básicamente, comprenderlo. Lo cual no es nada fácil.
Lo que sí podemos intuir es que de estos comportamientos extraños pueden salir aplicaciones prácticas muy interesantes que pueden revolucionar la tecnología y, con ello, nuestra vida cotidiana. Algunas de las aplicaciones en las que se está trabajando desde el conocimiento de la física cuántica son las siguientes:
- Células fotovoltaicas. Conversión de luz solar en electricidad.
- Aplicaciones médicas con láseres o resonancia magnética para diagnósticos no invasivos.
- Criptografía cuántica. Distribución de claves cuánticas para comunicaciones ultra seguras. Usa las reglas de la física cuántica para crear códigos que son imposibles de romper.
- Computación cuántica. Imagina un ordenador tan potente que pueda resolver problemas que a un ordenador normal le llevarían miles de años. IBM y Google ya han desarrollado prototipos de computadoras cuánticas.
- Tecnología de imagen cuántica. Cámaras que pueden ver a través de la niebla o el humo o imágenes médicas mejoradas con menor exposición a la radiación.
- Metrología cuántica. Estándares de medición ultra precisos para masa, tiempo y longitud.
- Materiales cuánticos. Superconductores de alta temperatura para transmisión de energía sin pérdidas.
- Teletransportación cuántica. Transferencia de información cuántica a largas distancias. Será la base para las potenciales futuras redes cuánticas o el internet cuántico. Los científicos ya han logrado teletransportar información usando el entrelazamiento cuántico.
- Nanotecnología. Diseño y fabricación de materiales y dispositivos a escala atómica y molecular.
- Biología cuántica. Estudio de procesos biológicos como la fotosíntesis y la migración de aves usando principios cuánticos.
- Química cuántica. Diseño de nuevos fármacos y materiales mediante simulaciones cuánticas.
Estas son solo algunas de las cosas increíbles que podemos hacer gracias a la física cuántica. Muchas de estas tecnologías están en constante desarrollo, y es probable que veamos aún más aplicaciones innovadoras en el futuro cercano. Los científicos están trabajando intensamente para crear aún más aplicaciones, como sensores súper precisos, nuevos materiales con propiedades asombrosas, e incluso medicinas más efectivas.
Preguntas sin respuesta y misterios por resolver
Aunque se ha aprendido mucho sobre la física cuántica, todavía hay muchas cosas que no se entienden completamente. Es como si se tuviera un rompecabezas gigante del universo y faltaran algunas piezas importantes. Estos son algunos de los grandes misterios que los científicos están tratando de resolver:
- La gravedad cuántica. Sabemos cómo funciona la gravedad en el mundo grande (es lo que nos mantiene pegados al suelo), pero no sabemos cómo funciona en el mundo muy pequeño de las partículas. Es uno de los mayores enigmas de la física.
- El problema de la medición. ¿Por qué las partículas se comportan de manera diferente cuando las observamos? Es como si fueran tímidas y cambiaran su comportamiento cuando las miramos. Los científicos aún debaten sobre por qué ocurre esto.
- Multiversos. Algunos científicos piensan que podría haber muchos universos diferentes, todos existiendo al mismo tiempo. Imaginemos un número infinito de humanos viviendo vidas diferentes en universos paralelos.
- La naturaleza del tiempo. En el mundo cuántico, el tiempo no siempre fluye en una sola dirección como estamos acostumbrados. Algunos experimentos sugieren que las partículas podrían incluso viajar hacia atrás en el tiempo. Es como si el pasado, el presente y el futuro existieran todos a la vez.
Estos misterios son lo que hace que la física cuántica sea tan emocionante. Cada nuevo descubrimiento nos acerca un poco más a entender los secretos más profundos del universo. Lo que no cabe duda es que:
- El universo es más extraño y maravilloso de lo que imaginamos.
- Todo está conectado de maneras sorprendentes y misteriosas.
- Aún hay muchas cosas por descubrir y entender.
Lo importante es mantener viva la curiosidad y el sentido de asombro por el increíble universo en el que vivimos.
El gato que está vivo y muerto a la vez
No podíamos terminar este contenido sin hablar de una de las ideas más famosas y extrañas de la física cuántica: el gato de Schrödinger. Solo se trata de un experimento mental, es decir, algo que imaginamos para entender mejor las cosas raras que pasan en el mundo cuántico.
Imaginemos que ponemos un gato en una caja cerrada. Dentro de la caja hay un frasco que contiene una partícula radiactiva con 50% de probabilidad de desintegrarse en una hora. Si la partícula se desintegra, activa un martillo que rompe el frasco, liberando el veneno y … bueno, ya sabes qué pasaría con el pobre gato.
Aquí viene lo loco: según la física cuántica, hasta que no abramos la caja y miremos dentro, ¡el gato está vivo y muerto al mismo tiempo! Esto se llama superposición cuántica. Significa que, en el mundo cuántico, las cosas pueden estar en varios estados a la vez hasta que alguien las observa.
La anterior es la explicación anecdótica de la superposición. En realidad, lo que significa es que la información que tenemos del gato (no la realidad, sino la información) es que el gato está en un estado indeterminado de vivo/muerto. En nuestro mundo normal, sabemos que un gato no puede estar vivo y muerto al mismo tiempo. Nosotros diríamos que el gato está en un estado indeterminado hasta su observación. Pero este experimento nos ayuda a entender cómo funciona el mundo cuántico y cómo nuestras observaciones pueden afectar la realidad a nivel muy pequeño.
El gato de Schrödinger es un famoso experimento mental propuesto por el físico austriaco Erwin Schrödinger en 1935. Este experimento es una herramienta conceptual que fue diseñada para ilustrar las paradojas y los aspectos contraintuitivos de la mecánica cuántica, especialmente en lo que respecta a la superposición cuántica y el problema de la medición.
De dónde viene el nombre de física cuántica
Para terminar, hablemos de una curiosidad. El término física cuántica se remonta a principios del siglo XX, cuando los científicos comenzaron a explorar el comportamiento de la materia y la energía a nivel atómico y subatómico.
La palabra cuántica proviene del latín quantum, que significa «una cantidad» o «una medida». En física, un quantum o un «cuanto» se refiere a la cantidad mínima de cualquier entidad física involucrada en una interacción. Por ejemplo, un fotón es un quantum de luz, mientras que un electrón es un quantum de electricidad. El quantum es la unidad mínima de medida. No se puede hablar del medio fotón o del medio electrón.
En 1900, el físico alemán Max Planck introdujo la idea de que la energía está quantumizada (o cuantizada). Esto es, la energía solo puede ser emitida o absorbida en cantidades discretas mínimas a las que llamó «quanta» (plural de quantum).
En 1905, Albert Einstein utilizó la idea de Planck para explicar el efecto fotoeléctrico. Einstein propuso que la luz estaba compuesta de partículas discretas mínimas (quantum) a las que más tarde llamarían fotones. En 1913, Niels Bohr aplicó la idea de la quantización a su modelo del átomo, proponiendo que los electrones solo podían ocupar ciertos niveles de energía discretos.
Total, una cosa lleva a la otra, y al final los físicos comenzaron a referirse a esta nueva área de estudio como «teoría cuántica» o «mecánica cuántica». El término «física cuántica» se popularizó a lo largo de las décadas de 1920 y 1930 como una forma de describir toda la disciplina que trata con fenómenos cuánticos. Esto es, con los fenómenos de las cantidades discretas más pequeñas o cuantos (quantum).
Hoy en día, el término «física cuántica» se usa a menudo de manera intercambiable con «mecánica cuántica». No obstante, técnicamente la física cuántica es un campo más amplio que incluye varias teorías y aplicaciones basadas en principios cuánticos.
Me gustaría terminar añadiendo que Richard Feynman, físico ganador del premio Nobel, dijo una vez: «Si crees que entiendes la mecánica cuántica, entonces es que no la has entendido«. Dicho de otra forma, no hay que desesperarse si no se entiende todo completamente. Simplemente hay que quedarse con las ideas que le dan sentido a este conocimiento, como si fuéramos a explicárselo a otra persona.
Más información
En este artículo se ha abordado cómo funciona la física cuántica o, lo que es lo mismo, cómo funciona el mundo de lo muy pequeño. Espero que hayas disfrutado explorando estas ideas fascinantes y que te hayan inspirado a aprender más sobre la ciencia que explica nuestro universo. Si busca inspiración o simplemente te interesan estos temas, en este blog se dispone de otros muchos contenidos relacionados. Por favor, utilice el buscador de contenidos que tenemos en la cabecera.
Por otro lado, estos son algunos otros artículos que pueden ser de interés:
- Qué son los ordenadores cuánticos y cómo cambiarán nuestras vidas
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- 5 claves para entender la física cuántica – National Geographic
- Aplicaciones de la física cuántica y su impacto en diversas áreas
Mejor articulo sobre el tema, no creo que pueda escribirse.
«Cuanticas» gracias te doy por el conocimiento con el que me has obsequiado.
Néstor
Muchas gracias Néstor por el comentario. Muy amable.