La historia de Telefónica S.A., anteriormente conocida como CTNE o Compañía Telefónica Nacional de España, es un relato fascinante de resiliencia, innovación y éxito en el mundo de las telecomunicaciones. Desde sus modestos inicios en 1924, cuando se fundó con el objetivo de modernizar las telecomunicaciones en España, hasta convertirse en una de las empresas de telecomunicaciones más importantes a nivel global, Telefónica ha demostrado una notable capacidad para evolucionar y prosperar en un sector en constante cambio. Veamos la historia de Telefónica S.A.
A lo largo de su trayectoria centenaria, Telefónica ha superado numerosos desafíos, desde la unificación de las infraestructuras de telefonía en España hasta su expansión internacional, particularmente en Latinoamérica y Europa. Ha sobrevivido a distintos entornos políticos y sociales, ha sabido adaptarse a los distintos y constantes cambios tecnológicos y ha encontrado el camino para evolucionar desde una situación de monopolio en España a convertirse en un actor global, una de las principales empresas de telecomunicaciones del mundo.
La bibliografía sobre la historia de las telecomunicaciones en España y sobre Telefónica en particular es bastante extensa. Las telecomunicaciones en España han sido un servicio público con amplias repercusiones políticas y sociales, ya de por si merecedora de análisis. Por otro lado, el siglo XX ha sido apasionante en cuanto a la evolución tecnológica de las telecomunicaciones. Resumir y sintetizar toda esta historia no ha sido fácil. Por favor, entender que ha habido que sacrificar muchos detalles para conseguir una historia completa que pueda ser leída en pocos minutos.
Este artículo recorre las diferentes etapas de Telefónica, desde sus orígenes hasta su posición actual como proveedor global de servicios de telecomunicaciones. Se ha intentado ilustrar cómo la empresa ha sabido reinventarse y mantenerse a la vanguardia de la innovación tecnológica y empresarial a lo largo de un siglo de historia.
Los orígenes de la telefonía en España
El invento del teléfono se atribuye al italiano Antonio Meucci, quien construyó su primer prototipo en La Habana en 1849. En aquellos años Cuba era parte integrante de España, por lo que se puede decir que el teléfono se inventó en España. Este primer aparato lo llegó a utilizar en el teatro Tacón de La Habana. Poco después se trasladó a Estados Unidos, donde construyó otros prototipos, a los que llamó teletrófono. Por circunstancias, Alexander Graham Bell acabó patentando este invento en 1876. Si le interesan los detalles de la historia del invento del teléfono, puede consultar este artículo: Antonio Meucci. El inventor del teléfono.
La primera experiencia en territorio español de servicio telefónico como tal, ocurrió también en Cuba en 1877. Se estableció una comunicación entre el cuartel de bomberos de La Habana y el domicilio del vicejefe de bomberos, el Teniente Coronel Juan J. Musset.
Si nos ceñimos a la península ibérica, aunque en Madrid y en Barcelona se habían hecho algunos ensayos en 1877, la primera línea telefónica se instaló en septiembre de 1880. D. Rodrigo Sánchez-Arjona estuvo en la exposición universal de París de 1878, donde le mostraron el funcionamiento del nuevo invento: el teléfono. Sin dudarlo, compró allí dos aparatos telefónicos que acabaría instalando entre su casa en Fregenal de la Sierra (Badajoz) y su finca ‘Las Mimbres’ a 8 kilómetros del lugar. En diciembre de ese año, utilizando el trazado de la línea telegráfica, comunicó por teléfono su casa en Fregenal de la Sierra con la ciudad de Sevilla, situada a 150 kilómetros.
Pronto se hizo evidente la utilidad de este nuevo medio de comunicación que permitía que las comunicaciones personales fuesen más naturales y, sobre todo, más sencillas que con el telégrafo. A pesar de ello, los políticos españoles de la época no terminaron de ver con buenos ojos la implantación de este servicio. Esto llevó a una indeterminación jurídica que frenó la inversión. En estos primeros años, nadie sabía si se podían invertir privadamente en el servicio o si solo el Gobierno podría explotarlo.
En 1882 el Gobierno optó por un modelo de concesión por concurso público entre compañías privadas o particulares. El resultado fue que numerosos particulares empezaron a conectar sus propiedades sin ningún tipo de orden ni concierto. El caos fue tal que en agosto de 1884 el Gobierno cambió de idea y decidió por que solo el Estado podía explotar el servicio. Aunque se crearon redes telefónicas en Madrid y Barcelona en 1885, este modelo tampoco parecía funcionar por una clara falta de iniciativa y de recursos.
La forma de resolver el problema fue un nuevo Real Decreto en 1886 por el que se autorizaba la venta de las redes existentes y se subastaba el establecimiento y explotación privada de redes. La red de Madrid se vendió a la Sociedad de Teléfonos de Madrid y la de Barcelona a la Sociedad Española de Electricidad. La Sociedad Orduña y Compañía se haría con la explotación del servicio en Bilbao. A ésta le siguieron otras subastas para las redes telefónicas de San Sebastián, Palma de Mallorca, Cartagena, Linares y Burgos.
Para 1895, en España había unas 37 redes telefónicas urbanas en manos privadas, instaladas mayormente en las principales ciudades. Destacaban la Sociedad General de Teléfonos (constituida en 1890 en Barcelona por la firma A. Ruffer e Hijos de Londres), quienes poco tiempo después fueron los promotores de la Compañía Peninsular de Teléfonos (1894) y de la Compañía Madrileña de Teléfonos (1895), entre otras.
En los años siguientes se crearon nuevas redes telefónicas en Guipúzcoa (1908), Santander (1909), Pamplona (1912), Vizcaya (1914), Ciudad Real (1916) o Las Palmas (1914), entre otras. En 1920 había en España 204 redes telefónicas explotadas por empresas privadas, particulares, Diputaciones, Ayuntamientos y el propio Estado.
Finalmente, en 1924, el Gobierno decidió adjudicar todo el sistema telefónico nacional a una sola compañía. Este fue el inicio de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE).
Nacimiento de la Compañía Telefónica Nacional de España
Casi medio siglo después de que se hubiera implantado la primera línea telefónica en España, el servicio era claramente deficiente. Los Gobiernos anteriores se habían mostrado poco decididos para encontrar un modelo que garantizase un servicio telefónico de calidad. En 1924, el Gobierno de la época decidió atajar el problema adjudicando el servicio telefónico en régimen de monopolio a la iniciativa privada.
En 1924, el Gobierno de la época decidió atajar el problema adjudicando el servicio telefónico en régimen de monopolio a la iniciativa privada
En aquellos años, Estados Unidos era el líder mundial en la introducción del servicio telefónico. Mas de la mitad de las líneas telefónicas del mundo estaban instaladas en aquel país. Por otro lado, la empresa líder indiscutible en el sector era ATT (American Telephone and Telegraph). En 1920 se había creado la empresa ITT (International Telegraph and Telephon) con la idea de competir con la anterior. Su fundador y presidente era Sosthenes Behn y tenía el claro objetivo de hacer crecer su empresa internacionalmente. Después de Estados Unidos, el mercado europeo era el más apetecible, lo que le llevó a pensar que podía entrar en Europa a través de España.
S. Behn apostó fuertemente por España. Para ello, creó un equipo de trabajo que garantizase el éxito del proyecto. Entre los componentes del equipo estaban Pedro Pérez Sánchez y Gumersindo Rico. Pérez había sido jefe de sección de primera clase del Cuerpo de Telégrafos y tenía un gran conocimiento de las redes telefónicas españolas. Por su parte, Rico era Gerente de la empresa TESA (Telecomunicación y Electricidad S.A.), fabricante de equipos telefónicos para las Compañía Peninsular y la Madrileña de Teléfonos (bajo licencia americana). Rico, no solo tenía una gran influencia en el sector, sino que era un ardiente defensor de la integración de todas las redes existentes en una sola empresa. Además de ellos, Behn se rodeó de ingenieros y contables y se aplicó durante un tiempo a elaborar estudios y propuestas para hacerse con la concesión.
Las negociaciones con el Gobierno de España empezaron en 1923, pero S. Behn sabía que había otras empresas europeas interesadas. Todos los estudios se plasmaron en un documento definitivo, fechado en marzo de 1924 en Madrid, con el título «Proyecto sobre el desarrollo de las comunicaciones telefónicas en España«. Por otro lado, S. Behn entendía que para bloquear a sus competidores, la nueva empresa debía de ser de nacionalidad española. En abril de 1924 se alió con un grupo de financieros e industriales españoles que ocupaban posiciones hegemónicas en el entramado económico del país y fundaron la Compañía Telefónica Nacional de España, CTNE, con un capital social de 60 millones de pesetas.
En abril de 1924, un grupo de financieros e industriales españoles fundaron la Compañía Telefónica Nacional de España, CTNE, con un capital social de 60 millones de pesetas.
Finalmente, el Gobierno español creó un «concurso especial de proposiciones libres» para dotar al país de un servicio telefónico de calidad. Además de CTNE, se presentaron la sueca Ericsson, la alemana Siemens&Halske y la belga New Antwerp Telephone and Electrical Works. Después de arduas deliberaciones, el Gobierno se decidió finalmente por la propuesta de CTNE.
El contrato entre CTNE y Estado para la «organización, reforma y ampliación del servicio telefónico nacional» se firmaría el 25 de agosto de 1924 (Real Decreto de 25 de agosto de 1924, Gaceta de Madrid, n. 241, 28 de agosto de 1924, pp. 1051-1057). Gracias a este contrato, CTNE veía garantizado el monopolio del servicio telefónico y el control absoluto sobre el suministro de todos los materiales necesarios. Esto suponía la anulación automática de las concesiones anteriores, con la salvedad de las líneas que poseían las compañías ferroviarias y las adscritas al servicio oficial.
El resultado fue que, CTNE, una empresa con denominación y domicilio españoles y con naturales en sus órganos directivos, se convirtió en el primer y mayor ejemplo mundial de un conglomerado de empresas operadoras de telegrafía, cable y teléfono, además de un grupo de empresas fabricantes de equipo, que pasaban a ser gestionadas por una única empresa. Los medios de la época destacaron que la nueva empresa era de capital español con la participación de ITT, no obstante, para cumplir los objetivos fue necesaria una ampliación de capital de 55 millones de pesetas que fue cubierta enteramente por ITT. El capital social de CTNE pasaba a ser de 115 millones de pesetas e ITT se convertía en la auténtica propietaria de CTNE.
Cabe mencionar que ITT intentó repetir el modelo español en otros países europeos con resultados desiguales, pero esas son otras historias.
Los primeros años del monopolio
En los primeros momentos, CTNE se centró en negociar con las instituciones (ayuntamientos, diputaciones, etc.) la entrega de las redes existentes. Igualmente, absorbió todos los activos del principal grupo telefónico español hasta la fecha, la Compañía Peninsular de Teléfonos (CPT), quien era también propietaria de la Sociedad General de Teléfonos de Barcelona y de la Compañía Madrileña de Teléfonos. Las acciones de estas tres compañías se intercambiaron por las de CTNE. Paralelamente, se puso en marcha el acoplamiento de los funcionarios del Cuerpo de Telégrafos transferidos a la compañía. Desde 1924 hasta 1926, treinta y ocho redes, en su diversa condición de municipales, estatales o privadas, pasaron a la CTNE.
La primera sede social de la CTNE se ubicó en el número 6 de la Plaza de las Cortes. Rápidamente necesitaron más espacio de oficina y en noviembre de 1924 se trasladaron a la Avenida de Conde de Peñalver 5 (actual Gran Vía, 22). En 1929, la sede social se trasladó a un nuevo edificio diseñado por el arquitecto Ignacio de Cárdenas. Al inaugurarse, el edificio era el más alto de Europa. Este emblemático Edificio Telefónica situado en el número 28 de la Gran Vía sigue siendo un icono arquitectónico de Madrid.
Es de destacar también que, en esos años, CTNE puso un especial interés en transmitir una imagen pública de seriedad y solvencia. Le dedicaron un cuidado especial a su relación con la prensa. Un componente importante de esa imagen era la apariencia externa de las instalaciones. El edificio de Gran Vía estaba abierto al público y estaba dotado, entre otras mejoras, con sala de descanso para telefonistas y sala para la prensa. La idea era proyectar una perfecta organización propia de una compañía moderna. La serie de Netflix ‘Las chicas del cable’ recrea el ambiente de este edificio en esos años.
La primera sede social de la CTNE se ubicó en la Plaza de las Cortes en Madrid. En 1929, la sede social se trasladó al actual y emblemático Edificio Telefónica en Gran Vía, 28.
Desde el punto de vista de las infraestructuras, el objetivo de CTNE en esos primeros años era interconectar las redes existentes, automatizar el sistema y mejorar la red aumentando el número de líneas. En concreto, las cifras perseguidas eran instalar 400.000 nuevas líneas telefónicas, automatizar las centrales en 17 grandes ciudades y conectar la península con las posesiones norteafricanas.
Para abordar todo ese esfuerzo de expansión era necesario garantizar el suministro de material y equipos necesarios. En ese sentido ITT contaba con una privilegiada posición en el sector a través del grupo industrial International Standard Electric. A principios de 1926 se creó en Madrid una empresa filial de Standard Electric para que fuese responsable de la fabricación de equipos, ingeniería de proyectos, instalaciones, mantenimiento y abastecimiento de repuestos. Así nació SESA, Standard Eléctrica S.A., otra empresa que ha jugado un papel de gran relevancia en la historia de las telecomunicaciones en España.
Como podemos suponer, para llevar a cabo estos trabajos fueron necesarias repetidas emisiones de capital. En 1930 la capitalización inicial de 115 millones de pesetas superaba los 500 millones. Para ese año, solo el 37,7% de los teléfonos seguían siendo manuales. Esto es, el terminal telefónico no tenía marcador y, al levantarlo, el usuario le pedía a la operadora que le conectase con quien deseaba hablar.
La nacionalización de CTNE
Frente al modelo de los países del norte de Europa donde las operadoras telefónicas eran estatales, el servicio telefónico en España era suministrado por una empresa privada. Este hecho fue siempre discutido políticamente y reiteradamente se creaba una gran controversia entre los que preferían uno u otro modelo. Tampoco ayudó el hecho de que la situación política en España en esos años estuviese marcada por una profunda inestabilidad: dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930), la proclamación de la Segunda República (1931-1936), la guerra civil española (1936-1939) y la dictadura de Francisco Franco (desde 1939).
Aunque el caso de la CTNE fue una excepción en el conjunto de Europa, lo cierto es que la estructura de monopolio privado del mercado sobrevivió a todo estos cambios políticos. Hubo diversos intentos, más o menos sonados, de cambiar la situación, pero la CTNE fue sorteando todos ellos de una u otra forma.
El hecho es que en 1938, catorce años después de la creación de CTNE, seguía habiendo una gran diferencia entre los más de siete teléfonos por cien habitantes en países como Dinamarca, Gran Bretaña o Noruega, y los escasamente 1,5 teléfonos por cien habitantes de España. Era evidente que el distinto camino que había elegido España no conseguía resolver los desafíos planteados.
Después de la guerra civil, el servicio telefónico, al igual que el resto de servicios públicos, pasó a ser considerado por el Gobierno español como un servicio estratégico que debía ser nacionalizado. En 1940 y 1941 hubo varios intentos de nacionalización del servicio telefónico que no llegaron a culminar. Se abrió una época de conflicto entre la CTNE y el Gobierno hasta que en diciembre de 1944 se volvieron a retomar las conversaciones con una clara voluntad de resolverlo amistosamente.
El problema era complejo porque había distintas interpretaciones de los acuerdos y variables diversas que se debían tener en cuenta. Después de arduas negociaciones, finalmente, el Decreto-Ley de 13 de abril de 1945 autorizó al Gobierno para adquirir las acciones de soberanía de CTNE que ITT conservaba en su poder (un 80% de las acciones). El contrato de venta se formalizó el 8 de mayo de 1945 estableciendo como forma de pago las cantidades de 98.752,22 dólares en efectivo, un pagaré por 6,7 millones con vencimiento de 1 de diciembre de 1945 y 50 millones de dólares en deuda del Estado. En total suman casi 57 millones de dólares de la época, unos 1.420 millones de pesetas de entonces.
El Decreto-Ley de 13 de abril de 1945 autorizó al Gobierno de España a adquirir las acciones soberanas de CTNE que tenía ITT. CTNE pasaba de esta forma a manos del Estado.
A partir de entonces, CTNE inició su andadura como empresa nacionalizada en la que ITT mantenía un compromiso de asistencia técnica por contrato. Por su parte, Standard Eléctrica, que había quedado fuera del acuerdo de venta, continuó como suministradora de material y equipo a CTNE. José Navarro-Reverter Gomis, anterior presidente del Banco Hipotecario de España, asumió la presidencia de la CTNE y dirigió la compañía durante los siguientes veinte años.
El teléfono en España a mediados de siglo XX
Tras la Segunda Guerra Mundial, gran parte de Europa inició su recuperación económica gracias a la cooperación internacional y la reconstrucción financiada por el Plan Marshall. Sin embargo, España se quedó aislada. Mientras en el resto de países europeos se potenciaba que una única empresa pública gestionara todos los servicios de correos, telégrafos y telefónicos (son las conocidas como PTT, Post, Telegraph and Telephone), en el caso español, el monopolio del servicio telefónico era gestionado por una empresa privada donde, ahora, el Estado era el accionista mayoritario.
En 1946 se firmó un contrato entre el Estado y la CTNE que regulaba la actividad de la compañía y creaba la figura de la Delegación del Gobierno en CTNE. Gracias a este contrato, el Estado limitaba los precios del servicio telefónico. Esto hacía que los planes de crecimiento y de evolución tecnológicas se vieran fuertemente restringidos por la falta de recursos. De hecho, aunque la demanda de nuevas líneas fue creciendo en las siguientes décadas, CTNE las atendía a duras penas.
A pesar de lo anterior, la red telefónica experimentó un gran auge en los siguientes años. En 1945 había en España 433.738 teléfonos. Diez años más tarde se había duplicado esta cifra y veinte años después se había casi multiplicado por seis. Del mismo modo, los 394.000 km de circuito interurbano existentes en 1945 pasaron a ser casi el triple diez años después. En cuanto a la densidad de teléfonos, aunque la media nacional alcanzó en 1965 los 8,67 teléfonos por cien habitantes, la distribución era muy desigual. Mientras Madrid, Barcelona y Vizcaya superaban los 12 teléfonos por cien habitantes, buena parte de España no superaba los 4 teléfonos por cien habitantes (principalmente concentrados en Extremadura, Galicia, las dos Castilla y Andalucía).
En 1950 con la mensualidad del servicio telefónico se incluían 200 pasos. El 70% de los usuarios consumía menos de eso. El 90% del volumen total de tráfico lo consumía un pequeño grupo de usuarios.
El servicio telefónico de mediados del siglo XX era un rasgo de distinción que pocos se podían permitir y, los que lo hacían, lo usaban lo menos posible. Por ejemplo, el uso del teléfono se media en pasos. Con el pago de la mensualidad del servicio se incluía el consumo de 200 pasos. El 70% de los usuarios consumía menos de esto. Del 30% restante, solo un pequeño grupo con mayor intensidad de uso consumía el 90% del volumen total de tráfico registrado.
Durante décadas, España estuvo muy alejada de las grandes potencias industriales, tanto en la penetración del servicio telefónico como en el uso del mismo.
La incorporación de CTNE al entorno internacional
A pesar de las circunstancias desfavorables que presentaba la sociedad española para el desarrollo de una empresa de telecomunicaciones, CTNE no se descolgó tecnológicamente del resto de operadores europeos. Una de las razones que animaba a ello es que la adopción de nuevas tecnologías permitía disminuir los gastos de mantenimiento y de recursos humanos. No obstante, la incorporación de las nuevas tecnologías llegaban con cierto retraso.
En la década de 1950 se reemplazaron los componentes mecánicos de las centrales por circuitos electrónicos (conmutación electrónica). La primera central electrónica que se montó en España fue una Pentaconta 500 experimental que se instaló en Barcelona en el año 1959. Posteriormente se fueron instalando en el resto de la red y fabricadas en España por Standard Eléctrica.
Los años siguientes fueron una auténtica revolución tecnológica en los sistemas de telecomunicaciones. Los países occidentales lograron un clima de entendimiento que permitió promover proyectos de gran envergadura. Se instalaron cables submarinos entre Europa y Estados Unidos, se desarrollaron los satélites de comunicaciones y la tecnología digital acabó revolucionando el sector al aumentar la calidad y, sobre todo, la eficiencia de los recursos.
Aunque España estuvo aislada en el primer despliegue de cables telefónicos submarinos (el TAT-1 en 1953), debido a su ubicación estratégica como nudo de comunicaciones en el Mediterráneo y su proyección hacia Latinoamérica a través de las islas Canarias, pronto empezaría a jugar un papel relevante en la industria.
En 1965 se inauguraría un cable submarino entre la península y Canarias (Pencan-1) al que seguirían otros cables submarinos con Italia (1969, Barcelona-Pisa) y con Estados Unidos (1969, TAT-5 de Conil, Cádiz a Rhode Island, Estados Unidos). A estos grandes proyectos les siguieron otros que conectarían la península con África, América y Europa.
Por otro lado, en los años 1960 CTNE comenzó a desarrollar su infraestructura de comunicaciones por satélite, incluyendo la construcción de estaciones de seguimiento y centros de estudios en España. La participación de CTNE en Intelsat, un consorcio internacional de telecomunicaciones por satélite en 1965 (CTNE era el sexto socio inversor), le abrió las puertas a participar en sucesivos proyectos de comunicaciones por satélite. Por ejemplo, CTNE auxilió a la Nasa en la operación de lanzamiento del apolo XVI en abril de 1972. La estación de Buitrago la había construido CTNE en 1967.
En esa misma década, los años 60, la CTNE experimentaba con el despliegue y gestión de redes privadas de datos en las grandes empresas de la época (Renfe, Iberia o bancos, por ejemplo). En 1970, mediante el decreto 3585/197021, el gobierno autorizaba a Telefónica a desarrollar y explotar un servicio público de transmisión de datos. Telefónica creó primero la red RETD para, poco después, desarrollar su propio protocolo de conmutación de paquetes (RSAN, similar al TCP/IP actual). El 30 de julio de 1971 CTNE inauguró la que fue la primera red pública de conmutación de paquetes del mundo. Su tecnología Tesys de conmutación de paquetes (precursora de los routers de Internet actuales) se convirtieron en referentes en la época.
En los años 1970 se empezó a introducir la tecnología digital (conmutación digital). Los primeros pasos para la digitalización de la red telefónica española se dieron en Salamanca, donde en 1984 Standard Eléctrica instaló una central sistema 12 de ITT de 10.000 líneas. En los años 1990 vino el despliegue de la tecnología IP en las redes telefónicas.
Si tiene interés en conocer cómo Telefónica se adelantó a su entorno en el desarrollo de redes públicas de datos, puede consultar este artículo: Historia de Internet en España. Para saber más sobre cómo evolucionó la tecnología de las redes telefónicas en el siglo XX, puede consultar este otro artículo: Evolución de la tecnología telefónica.
La privatización de CTNE
Desde 1945 el Estado poseía sobre el 80% de las acciones de CTNE (el 79,6% exactamente). En 1967, CTNE decidió hacer una ampliación de capital abriéndose a los pequeños accionistas. La extensa campaña publicitaria hizo que estas acciones se conocieran como “matildes”. A esta ampliación le siguieron otras, lo que hizo que el porcentaje de titularidad pública en Telefónica se fuera diluyendo hasta quedarse en el 35,34% en 1978.
En la década de 1980 España estaba inmersa en un proceso de transición hacia una economía más abierta y competitiva, alineada con las tendencias globales de liberalización en el sector de las telecomunicaciones. En toda Europa, países como Reino Unido, Francia e Italia privatizaron sus empresas de telecomunicaciones en respuesta a las demandas de modernización, reducción del gasto público y aumento de la eficiencia.
Por otro lado, la Unión Europea, de la que España ya formaba parte desde 1986, se marcó como objetivo liberalizar el mercado de las telecomunicaciones. En 1994 el Gobierno español aprobó la Ley General de Telecomunicaciones, que establecía el marco legal para la liberalización del sector. En 1995 el Estado, que conservaba todavía un 32% de las acciones, vendió como una tercera parte, conservando un 21,3% del capital. Finalmente, en 1997, después de más de 70 años de monopolio, aparecía en España un nuevo operador en el mercado de la telefonía fija: Retevisión.
En 1997, después de más de 70 años de monopolio, aparecía en España un nuevo operador de telefonía fija: Retevisión.
El porcentaje que todavía estaba en manos del Estado era el suficiente para que CTNE siguiera funcionando como una empresa pública a efectos de nombramientos y directrices. Ese mismo año 1997 el Estado se vio obligado a vender la totalidad de sus acciones en CTNE. No obstante, conservó hasta 2006 un derecho especial conocido como “acción de oro”, que otorgaba al Estado la capacidad de veto sobre las decisiones estratégicas que afectaban a empresas privatizadas.
Aunque en estas primeras décadas los servicios de telecomunicaciones estuvieron centrados en las redes de telefonía fija, resulta igualmente interesante conocer cómo se desarrolló la telefonía móvil en España. Le animo a mirar este otro artículo: Historia de la telefonía móvil en España.
La expansión internacional en Latinoamérica
En la década de 1980 Telefónica da sus primeros pasos internacionales. Participa activamente en las redes europeas de investigación, como ESPRIT y RARE, y colabora igualmente en los organismos de operadores de satélites y de cables submarinos. Explora proyectos internacionales en radiobúsqueda, en seguimiento de flotas (Omnitrac-Qualcomm) y en móviles por satélites (Proyecto Iridium), entre otros. Para rematarlo, en junio de 1987 Telefónica empieza a cotizar en la bolsa de Wall Street (Nueva York), lo que le abre las puertas a nuevos capitales.
Todos estas circunstancias le dan la confianza suficiente como para abordar proyectos más ambiciosos en el mercado internacional. Teniendo en cuenta que su mercado nacional sería liberalizado, parece razonable contrarrestarlo con una expansión internacional. En 1988 la compañía cambió oficialmente su nombre de CTNE a Telefónica, S.A. y creó una filial llamada Telefónica de España para gestionar las operaciones y actividades en el territorio nacional.
En 1988 la compañía cambió oficialmente su nombre de CTNE a Telefónica, S.A. y creó una filial llamada Telefónica de España para gestionar las operaciones y actividades en el territorio español
Al igual que en Europa, en Latinoamérica se empezó a optar por la privatización, liberalización y desregularización de sus mercados de telecomunicaciones. Las primeras inversiones de Telefónica en el exterior fueron en Chile. Se hizo primero con CTC (Compañía de Teléfonos de Chile) en 1990 que pasaría a denominarse Telefónica Chile. Por otro lado, también en 1990, el Gobierno argentino privatizó Entel (Empresa Nacional de Telecomunicaciones), lo que permitió la creación de Telefónica de Argentina (Telefónica adquirió el 98% de las acciones). Unos años más tarde, en 1994, el Estado Peruano subastó CPT (Compañía Peruana de Teléfonos S.A.) y Entel Perú (Empresa Nacional de Telecomunicaciones del Perú S.A.). Telefónica se hizo con estas empresas y creó Telefónica del Perú.
La estrategia de Telefónica en aquellos años se centró en invertir en mercados no maduros con alto potencial de crecimiento. A las adquisiciones anteriores siguieron otras en países latinoamericanos como El Salvador (1998), Brasil (1998), Guatemala (1999), Colombia (1999) o México (2000). En el año 2000 Telefónica tiene casi 31 millones de clientes en Latinoamérica, operando 22 millones de líneas fijas y 9 millones de líneas móviles, lo que suponen, respectivamente, el 68,8% y el 67,3% del mercado total.
La expansión por el mercado no hispano
Con el nuevo milenio Telefónica cambia de estrategia y decide apostar por los mercados maduros. En esos años, utilizó distintas fórmulas para entrar en distintos mercados europeos, pero fracasó. Telefónica cerró el ejercicio de 2002 con pérdidas. No obstante, en 2005 volvió al ataque con la compra del operador O2 a British Telecom. Posteriormente utilizó esta marca para entrar en otros países europeos como Alemania, República Checa, Eslovaquia o Irlanda. Ese mismo año decidió invertir en Asia adquiriendo el 5% del operador chino de telefonía fija China Netcom, que dos años más tarde subiría al 10%.
Cabe mencionar que a todo lo escrito anteriormente hay que añadir las inversiones realizadas en distintos países (Marruecos, Rumanía, Polonia, Austria, etc.), así como las compra de otras empresas en los países donde Telefónica ya estaba establecida para reforzar su posición en el mercado.
Resulta igualmente relevante añadir que en los años 2000 las operadoras de telecomunicaciones se meten de lleno en los medios de comunicación y en los servicios de Internet. Entre otras operaciones, Telefónica adquiere ese año a la productora holandesa Endemol (creadora del formato de TV de Gran Hermano, vendida en 2007), así como la compra del portal estadounidense Lycos para potenciar su portal de Internet y buscador Terra (Lycos lo vendería a Corea del Sur en 2008). Terra había sido creada en 1997 y en 1999 la hizo crecer con la compra de su principal competidor en España: Ole.es. Terra cerraría definitivamente en 2017.
Otro detalle estratégico: Telefónica había creado la marca Movistar en el año 1995 para lanzar sus servicios de telefonía móvil digital en España. En 2010, Telefónica reestructuró sus operaciones y adoptó Movistar como marca comercial para sus servicios de telecomunicaciones en España y América Latina. La marca que utiliza en Europa es fundamentalmente O2. En España están presentes tanto la marca Movistar como O2.
Para intentar cuantificar el valor de todo este esfuerzo inversor, fijémonos en un detalle: en el año 2005 Telefónica era la tercera empresa de telecomunicaciones del mundo con mayor capitalización bursátil.
Telefónica como proveedor global
A finales de los años 1990 Telefónica controlaba buena parte del tráfico internacional de los países hispanoamericano. Esto la animó a construir en solitario un cable submarino que rodease el continente americano. El cable salía de Florida (Estados Unidos) para bajar por la costa atlántica hasta Argentina amarrando en distintos países. De Argentina cruzaba el continente por tierra hasta Chile y volvía a bordear la costa del pacífico hasta Guatemala, donde cruzaba por tierra hasta el Caribe para llegar de nuevo a Florida. Este anillo de fibra óptica de 20.000 Km, conocido como SAM-1 se terminó de construir en 2001.
El volumen de tráfico internacional que manejaban las empresas del grupo en aquella época era realmente significativo. En 2003 Telefónica decide gestionar las conexiones internacionales de forma centralizada, creando una empresa independiente que suministre servicios mayoristas de voz, datos e imagen a las empresas del grupo. Para valorar la importancia de esta decisión, el hecho de gestionar todo este tráfico de forma unificada colocó a Telefónica como el sexto grupo de telecomunicaciones del mundo por volumen de gestión de tráfico internacional de voz.
Esto no solo mejoró los costes de terminación de tráfico internacional en terceros países, sino que le dio la posibilidad de abordar proyectos comerciales internacionales de gran calado. Por ejemplo, en 2007 se hizo con la cuenta de Inditex (Zara) para crearle una red corporativa global (de tipo VPN) en todos los países donde la marca tiene presencia o en 2008 se hizo cargo de las comunicaciones de DHL en toda Europa (salvo en Alemania). A estas redes le siguieron muchas otras de empresas multinacionales.
Telefónica construyó una infraestructura de telecomunicaciones global de primera magnitud. Esto le permitió pasar de tener una infraestructura en 14 países en el año 2001 a abarcar 40 países en el año 2023. La posición estratégica de la península ibérica en relación con Europa, África y América ha sido fundamental para jugar un papel relevante en las comunicaciones globales.
El cable SAM-1 se quedó pequeño, así que Telefónica construyó en solitario el cable submarino BRUSA (BRasil-USA). Sus 11.000 Km de cable conectan Nueva Jersey en Estados Unidos con Rio de Janeiro, con amarres en puntos intermedios. Este cable, puesto en servicio en 2018, lo completó con la adquisición de capacidad en los cables submarinos de Google que enlazan Rio de Janeiro con Santos (cable Junior) y Santos con Argentina (cable Tannat).
Para conectar el anillo americano con Europa, Telefónica acometió en 2018 la instalación del cable submarino MAREA, que conecta Nueva Jersey en Estados Unidos con España. Complementado con otros cables en los que participa, Telefónica logró completar una infraestructura de cables submarinos que une Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y el resto del mundo.
Por cierto, en 2020 se ponía en servicio el cable Mistral (compartido con América Móvil) para reforzar las capacidades del cable SAM-1 en su conexión por el Pacífico entre Chile y Guatemala. Este acuerdo con América Móvil se repetiría para la construcción del cable Tikal que une Guatemala con Estados Unidos por el Caribe.
Telefónica nació para reunir un conglomerado de pequeñas empresas y crear una gran operadora nacional de telecomunicaciones. Cien años después, Telefónica ha conseguido reunir un conglomerado de empresas nacionales para crear una gran empresa global
Conclusiones
En 2024, la antigua Compañía Telefónica Nacional de España, ahora Telefónica, cumplió 100 años de existencia. Curiosamente, nació para reunir un conglomerado de pequeñas empresas y crear una gran operadora nacional de telecomunicaciones. Cien años después, Telefónica ha conseguido reunir un conglomerado de empresas nacionales para crear una gran empresa global.
La historia de la CTNE es un reflejo de la evolución de las telecomunicaciones en España y en el mundo. Desde sus humildes comienzos como una empresa nacional en 1924, Telefónica ha crecido hasta convertirse en una multinacional con presencia global. La compañía ha sabido adaptarse a los cambios tecnológicos, políticos y económicos que le han ido apareciendo.
Escribir la historia de Telefónica de forma resumida ha sido un gran reto. Ante la necesidad de sintetizar lo acontecido, me he dejado hechos y personas relevantes que se habrían merecido una mención. Pido disculpas por ello. Por otro lado, algunas de la épocas fueron realmente apasionantes. He tenido que contenerme mucho para no pararme más en ellas.
Terminemos diciendo que cien años más tarde de su creación, Telefónica está implantada con marca propia en dieciséis países de Europa y América, tiene presencia en 24, cuenta con 120.000 empleados que dan servicio a 346 millones de clientes. Los ingresos del grupo son del orden de 40.000 millones de euros anuales.
El éxito de Telefónica se puede atribuir a su capacidad de adaptación, su compromiso con la innovación y su visión estratégica. El futuro depara constantes desafíos regulatorios y tecnológicos en un mercado altamente competitivo. A pesar de ello, Telefónica parece bien posicionada para seguir siendo un actor relevante en el mundo de las telecomunicaciones. Su larga historia, su presencia global y su capacidad de innovación son activos valiosos en un mundo cada vez más conectado y dependiente de las tecnologías de la comunicación.
Para quien le preocupe el futuro, mostremos un detalle, Telefónica acaba de crear Telefónica Tech con el objetivo de desarrollar los negocios de ciberseguridad, IoT/Big Data y cloud. Quien sabe, tal vez en el futuro Telefónica es cualquier cosa, menos una empresa de teléfonos. La historia continúa.
Más información
En este artículo se han resumido cien años de historia de una de las mayores empresas españolas. Espero que le haya resultado de interés. Si busca inspiración o simplemente le interesan estos temas, en este blog se dispone de otros muchos contenidos relacionados. Por favor, utilice el buscador de contenidos que tenemos en la cabecera.
Por otro lado, estos son algunos otros artículos que pueden ser de interés:
- Historia de la telefonía móvil en España
- Historia de Internet en España
- Evolución de la tecnología telefónica
- Antonio Meucci. El inventor del teléfono
- Historia de Jazztel. Un éxito emprendedor
Bibliografía
Al escribir la historia de una empresa, el mayor problema suele ser la falta de información. Es este caso, el problema ha sido el contrario. Hay mucha información sobre la historia de Telefónica, lo que quiere decir que la bibliografía es realmente extensa. Ha sido un reto revisar toda esa documentación para sintetizar una historia compleja en un artículo de apenas media hora de lectura.
Aunque los contenidos de este blog tienen un propósito divulgativo, la verificación de datos es una tarea que nos tomamos con seriedad. Los contenidos son fruto de las entrevistas a sus protagonistas o expertos, así como de una meticulosa investigación en fuentes oficiales, medios de comunicación, publicaciones científicas y reportajes. Por ello, las historias que compartimos son a menudo señaladas por sus protagonistas como fidedignas.
Sin embargo, al ser un blog divulgativo y sin fines de lucro, nos vemos obligados a operar de manera austera, lo que implica no utilizar tiempo a referenciar exhaustivamente cada dato presentado. No obstante, si necesita verificar alguno de los datos, estas son algunas de las fuentes utilizadas:
· BAHAMONDE MAGRO, A., MARTÍNEZ LORENTE, G., y OTERO CARVAJAL, L. E. (2002). «Las telecomunicaciones en España. Del telégrafo óptico a la sociedad de la información». Madrid, Ministerio de Ciencia y Tecnología.
· BLANCO BERMÚDEZ, F. (2003). “La expansión de Telefónica, un caso de internacionalización empresarial”. Quórum. Revista de Pensamiento Iberoamericano, 5-6, pp. 45-63, accesible en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=660978
· BLANCO RODRÍGUEZ, L. (2011). “La creación de la Compañía Telefónica Nacional de España vista a través de su Consejo de Administración”. Trabajo de Fin de Máster en Ingeniería de Sistemas y Servicios Accesibles para la Sociedad de la Información. Universidad Politécnica de Madrid (UPM), accesible en https://oa.upm.es/11021/
· CABEZAS, J.A. (1974): «Cien años de teléfonos en España: crónica de un proceso técnico». Espasa-Calpe. Madrid. 1974.
· CALVO, Á. (2001). “Los inicios de las telecomunicaciones en España: el telégrafo”. Revista de Historia Económica, XIX, 3, pp. 613-635.
· CALVO, A. (2010): “Historia de Telefónica: 1924-1975. Primeras décadas: tecnología, economía y política”, Fundación Telefónica, Madrid: http://www.fundacion.telefonica.com/es/arte_cultura/publicaciones/detalle/78
· CALVO, Á. (coord.) (2016). Historia de Telefónica: 1976-2000. Las telecomunicaciones en la España democrática. Barcelona, Ariel y Fundación Telefónica.
· CALVO, A. (2014): “Telecomunicaciones y el nuevo mundo digital en España. La aportación de Standard Eléctrica”, Fundación Telefónica: http://www.fundacion.telefonica.com/es/arte_cultura/publicaciones/detalle/296
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· RODRÍGUEZ LEAL, L. G., Y CARNOTA, R. (2015). Historias de las TIC en América Latina y el Caribe: inicios, desarrollos y rupturas. Barcelona, Ariel (Colección Fundación Telefónica).
· SANTILLANA, I., Y LÓPEZ VAN-DAM, L. (8 de noviembre de 2015). “La internacionalización de Telefónica: reflexión sobre un proceso”. El País, accesible en Https://elpais.com/economia/2015/11/06/actualidad/1446823790_162345.html
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· https://www.madridiario.es/467102/queda-fundada-la-compania-telefonica-nacional-de-espana
· https://www.mintur.gob.es/Publicaciones/Publicacionesperiodicas/EconomiaIndustrial/RevistaEconomiaIndustrial/330/17jve.pdf
· https://www.youtube.com/watch?v=4zlUgu6TVCk
· https://www.youtube.com/watch?v=Zm93dLYI6Yk
· https://www.zonamovilidad.es/reportaje-centenario-telefonica-100-anos-conectando-espana